Al final, River y Boca lo vieron por TV. No hay consuelo: Palmeiras es el campeón más deslucido de la historia reciente de la Copa Libertadores. El triunfo por 1 a 0 sobre Santos representa la final más desabrida de los últimos años.
Un cabezazo aislado, en el décimo minuto agregado, de Breno Lopes, un intérprete sin luces, que había ingresado un ratito antes por Menino, acabó con un espectáculo decadente, impropio de la grandeza del fútbol brasileño y de la tradición de esta competencia.
Palmeiras solo perdió un encuentro en la competencia: el 2-0 de River, que estuvo cerca de la hazaña en San Pablo. Más allá de las polémicas, del VAR, no pudo. Y en Buenos Aires fue un desperdicio. Boca también quedó lejos de su leyenda en Brasil.
Palmeiras suma dos trofeos: el anterior fue en 1999. Patricio Loustau tuvo una digna tarea y, tal vez, fue cómplice del momento más emocionante de la tarde en el Maracaná: la bizarra expulsión de Cuca, el entrenador de Santos.
Brasil saca la cabeza. De 2000 hasta hoy, el fútbol del gigante de esta parte del mundo alcanzó los 9 trofeos, sobre 8 de nuestro medio.