En el corazón de Saavedra, Bulebar logró convertir sus ribs glaseadas en una de las grandes favoritas del menú.
Cocidas a fuego bajo hasta que la carne se deshace sola, estas costillitas de cerdo llegan a la mesa bien apiladas, con un baño generoso de salsa teriyaki caliente que les da brillo y ese punto meloso que conquista.
Por encima, queso azul fundido y ciboulette fresco suman intensidad y un cierre elegante al plato.
1) Bulebar
Una de las propuestas más destacadas llega desde Ribs al Río, que el domingo 27 transformará su local de Costanera Norte en un homenaje al sur de los Estados Unidos.
Por única vez, servirán una edición especial de beef ribs, más grandes que las tradicionales de cerdo y de una potencia visual que impresiona.
El “pitmaster” encenderá el ahumador a las 4 de la madrugada para aplicar un método artesanal que incluye leña de quebracho y espinillo y una cocción lenta de ocho a doce horas.
2) Ribs al Río
En Hierro, con sedes en Palermo y Nordelta, la propuesta gira en torno a tres etapas: ahumado en altura durante al menos una hora, sellado al vacío y cocción al horno durante ocho horas a 75 grados, en ambiente húmedo.
La porción es generosa —500 gramos de costillas— y se sirve con una salsa barbacoa casera de tomates asados y morrón quemado, que combina acidez y dulzor.
Para acompañar, proponen un cóctel de autor a base de vodka de romero, jugo de tomate y rábano picante.
3) Hierro
En Blossom, las costillitas se cocinan en hornos de barro alimentados con leña de quebracho, un método que aporta aroma, ternura y un ahumado inconfundible.
Antes de entrar en cocción, la carne se adoba en seco durante un día entero y luego se brasea lentamente con cerveza, hierbas y vegetales, hasta alcanzar una textura jugosa y profunda.
Pensadas para compartir, las ribs pueden acompañarse con cervezas artesanales o tragos de autor.
4) Blossom
En Palermo, La Dorita mantiene una interpretación más cercana al asado argentino, aunque sin resignar el espíritu BBQ.
Las costillas se cocinan a baja temperatura en un caldo aromático con cerveza, azúcar mascabo y vegetales, y se terminan a la parrilla con una barbacoa artesanal que potencia el sabor y genera una textura brillante.