Probablemente el lugar más indicativo de la caída de los niveles de lluvia en Grecia es el embalse de Mornos, y ningún asentamiento es más indicativo de la gravedad de la sequía de este año que Kallio.
Antes era un pueblo sumergido por un lago artificial a finales de los años 70, pero ahora está reapareciendo desde las profundidades.
Después de un invierno prácticamente sin nieve, un verano de olas de calor intensas y poca lluvia y sequía en gran parte del país, el enorme lago artificial que suministra agua a casi la mitad de la población griega disminuyó a su nivel más bajo en décadas.
Largas extensiones de tierra agrietada rodean las ruinas del pueblo perdido en Kallio, casi cinco décadas después de que fuera inundado deliberadamente como parte de la construcción de la represa.
“Es una situación de pesadilla”, dijo Apostolos Gerodimos, el líder de la comunidad de 60 personas que se vio obligada a trasladarse a tierras altas cuando se construyó la presa a unos 200 kilómetros al oeste de Atenas.
Cuanto más baja el nivel del agua, más edificios que antes estaban sumergidos vuelven a emerger. Si no llueve este invierno, el problema va a empeorar mucho”
- Apostolos Gerodimos
líder de la comunidad de Kallio
“Día a día, el agua va bajando”, dijo Dimitris Giannopoulos, alcalde del municipio de Dorida, quien afirmó que no se había visto nada similar en 33 años. Kostas Koutsoumbas, el vicealcalde del pueblo, cree que el nivel del agua “ha bajado 40 metros” este año y sigue bajando.
El clima mediterráneo árido de Grecia hizo que el lago sea especialmente susceptible a los efectos del calentamiento global, que empeoró los incendios forestales del verano, incluidos los que alcanzaron las afueras de Atenas el mes pasado.