descubrí porqué

Las zapatillas de los pasos prohibidos ya se venden en el país

Al igual que en 1968 la Federación Mundial de Atletismo prohibió utilizar ciertas zapatillas con clavos porque dañaban las flamantes pistas sintéticas, ahora también es el turno de las zapatillas adizero Prime Strung X2 que, según dicen, representan una ventaja antideportiva en competencias oficiales.
La particularidad de estas adizero es que no están permitidas en competiciones oficiales, pero sí pueden ser usadas por corredores amateurs que quieran mejorar sus marcas. Otra curiosidad: se consiguen en Argentina a 330.000 pesos.
Si se habla de tecnología en zapatillas, es menester reconocer que existe desde hace décadas, tanto en los botines que diseñaba Adi Dassler con tapones intercambiables como en las más recientes, que incorporan una placa de carbono y sistemas de amortiguación y propulsión.

Incluso, en su versión más elemental, los cordones son una tecnología que permite ajustar las zapatillas al pie.  “Las zapatillas no deben estar construidas de tal modo que proporcionen a los atletas cualquier ayuda o ventaja injusta”. El artículo 143 del reglamento de la World Athletics es claro y ambiguo a la vez. ¿Qué es injusto? ¿Hasta qué punto es la pericia del deportista o la ventaja de su calzado?

La prohibición de las Prime Strung X2 radica en la altura de su talón: el máximo permitido es de 40 mm, mientras que estas tienen 50mm. La mediasuela está formada por tres capas de Lightstrike Pro, una espuma que proporciona amortiguación y devuelve impulso. En el interior se encuentran las dos placas de carbono antes mencionadas, una completa y una más corta, que proporcionan una real plataforma de propulsión.

La sensación -a los pies de un corredor, pero también para quien no lo es- al calzarse las X2 es que son zapatillas diferentes. No es una zapatilla de running más o menos tradicional, como pueden ser las Ultraboost Light o las Adistar, o las más disruptivas Switch Run FWD (todas de adidas).
Las adizero Prime Strung X2 fueron pensadas para un corredor global con capacidad de pagarlas. Son un calzado caro (unos 300 dólares a precio internacional) que puede usar cualquier tipo de corredor que quiera mejorar sus tiempos sin importar que sea doping tecnológico.

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MATÍAS AVRAMOW

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