En la Universidad de Amberes, Bélgica, el niño prodigio culminó la Licenciatura en Física, carrera pensada para realizarse en tres años, en tan solo un año de cursada.
“Es una gran sensación haberlo hecho. Pero además de eso, tengo muchos otros proyectos”, expresó Laurent, de 11 años, que planea realizar un máster -del que ya ha aprobado algunas materias- y un doctorado.
Simons viene sorprendiendo desde pequeño: a los cuatro comenzó la primaria y dos años más tarde ingresó a una secundaria en Brujas. Esta etapa, prevista para cursarse en ocho años, la terminó en apenas 18 meses.
El objetivo de Simons es reemplazar tantas partes del cuerpo como sea posible con órganos fabricados.
El niño no es el primero en lograr una aventura académica de esta talla. En 1994, Michael Kearney egresó de Antropología en la Universidad de Alabama con diez años.