En la búsqueda constante de ingredientes que beneficien a nuestro organismo es de vital importancia repasar las propiedades que tienen muchos de los alimentos que comemos y, a menudo, pasamos por alto.
Uno de ellos es el repollo, un vegetal crucífero que se convirtió en un alimento básico en muchas culturas a lo largo de la historia. Su origen se remonta a miles de años atrás, con evidencia de su cultivo en el Mediterráneo y en regiones de Asia.
Es una excelente fuente de nutrientes esenciales. Está lleno de vitaminas y minerales, incluyendo vitamina C, vitamina K, folato, calcio, potasio y magnesio. Estos nutrientes son fundamentales para mantener un sistema inmunológico saludable, promover la salud de los huesos y regular diversas funciones del cuerpo.
Sin embargo, uno de los aspectos más destacados del repollo es su impacto positivo en la piel. La especialista Adriana Pinillos, asegura que este vegetal contiene antioxidantes poderosos que ayudan a proteger la piel del daño causado por los radicales libres y los factores ambientales como el sol o el desgaste de la piel por el paso del tiempo.
Además de sus beneficios para la piel, el repollo también es conocido por su capacidad para promover la salud digestiva. Es fuente de fibra dietética, que ayuda a mantener la regularidad intestinal y a prevenir el estreñimiento.