Victimización constante:
Son expertos en lograr que los demás sientan lástima/culpa por ellos.
Siempre quieren superar al otro:
Hacen sentir mal o culpables a los otros por sus logros y en el discurso siempre quieren destacarse.
Dependientes y dominantes:
Quieren captar todo el tiempo de la otra persona. Usan halagos o caricias al ego para conseguir lo que desean, y pueden volverse agresivos si escuchan un “no”.
Trianguladores:
Usan a otros para influenciar y crear estrés en sus dinámicas sociales.
Libres de responsabilidad:
Provocan varios de los problemas que los agobian, pero nunca asumen la responsabilidad.