El 28 de agosto del año 2000, Danny Stewart estaba esperando el subte en una estación de Nueva York cuando vio algo en el suelo que le llamó la atención. Pensó que era un muñeco, pero se equivocó: era un bebé.
Enseguida llamó a la policía, que fue a buscar al bebé para llevarlo al hospital y hacerle un chequeo. Pero Danny no pudo olvidarse del niño.
Poco tiempo después, tuvo que presentarse en una audiencia para testificar sobre cómo lo había encontrado. Para su sorpresa, la jueza le preguntó si le interesaría adoptarlo. Y él aceptó, incluso sin consultarle a su novio, Pete Mercurio.
Aunque al principio Pete se mostró reacio y tuvo conversaciones ‘tensas’ con Danny, finalmente accedió y adoptaron al bebé.
Kevin tiene ahora 20 años y estudia matemáticas e informática en la universidad. Le encanta jugar al frisbee, corrió varias maratones y bailó en el Instituto Nacional de Danza. “No puedo imaginar mi vida si no hubiera sido así”, dice Danny, ahora de 55 años.
Pete, de 52 años, asegura: “No sabía que este nivel de amor profundo existía en el mundo hasta que mi hijo llegó a mi vida”.