Marta y su marido forman parte de un inusual 30% del turismo argentino que este año, a tan solo cinco días del comienzo de la temporada alta de verano, todavía no ha definido a dónde ni cuándo se irá de vacaciones.
Si el año pasado las compras de pasajes y paquetes para las vacaciones de verano estuvieron marcadas por el mundial de fútbol, este año el fenómeno que rigió la agenda de viajes de los argentinos fueron las elecciones presidenciales y la incertidumbre económica.
Los agentes destacan que desde hace años, por la situación cambiaria y la inflación, una mayoría de los turistas argentinos adelantan varios meses la reserva de las vacaciones para cerrar y garantizar valores en pesos. Pero en 2023 la previsión fue aún mayor: “Antes las personas comenzaban a definir vacaciones en octubre; este año empezaron en agosto. Se adelantaron mucho”, subrayan fuentes de la agencia Travel Services.
La primera ola compradora, afirman, ocurrió tras las elecciones primarias, seguidas por una fuerte subida del dólar. Para el balotaje, una mayoría de los argentinos que planeaban viajar al exterior ya habían pagado no solo sus pasajes, sino también paquetes de actividades y alquileres de autos. Pero en los próximos meses, según las fuentes consultadas, las compras se estancaron.
Creo que muchos no se van a ir de vacaciones o las van a postergar a febrero o marzo. A diferencia de otros años, Brasil no explotó. De los que aún no han definido el destino, la mayoría va a elegir un destino nacional, y entre un 5 y un 10% van a irse al extranjero, la mayoría a Brasil”