Shigeru Miyamoto, creador del legendario título de la compañía japonesa, cuenta cuáles son los retos de la firma ante el lanzamiento de la consola portátil con una pantalla 3D que no requiere anteojos especiales
Nintendo ha crecido a tal punto que es la empresa líder en el mundo de los videojuegos. Se estima que para 2012 alcanzará ventas anuales cercanas a los 68.000 millones de dólares. Sin embargo, las instalaciones de su sede central en Japón no reflejan estas cifras.
El lobby es grande y simple, con pisos de mosaico y paredes blancas. La monotonía sólo se interrumpe con una recepcionista sentada detrás de un pequeño escritorio y platos de cerámica enmarcados.
A pesar de la austeridad de las oficinas, Shigeru Miyamoto ha creado su última innovación que cree ayudará a Nintendo a mantener su dominio en el mercado.
Pocos diseñadores de videojuegos aparecen en la lista de las 100 personas con más influencia de la revista Time, a excepción de Miyamoto, quien es uno de los padres del género tras haber creado Donkey Kong.
El nombre también fue su idea tras buscar la definición de las palabras "terquedad" y "gorila" en un diccionario en inglés. Mario, un personaje de dicho título, se convirtió más tarde en el protagonista de muchos otros juegos, y terminó siendo uno de los emblemas de la compañía.
Ser niño es el secreto. Desde entonces Miyamoto ha sido el genio detrás de Nintendo, trabajando no sólo en juegos, sino también en dispositivos como el Wii. Tiene casi 60 años de edad, pero conserva rasgos juveniles y suele reír rápidamente. Y eso, dice durante la entrevista, es el secreto de su éxito.
"Algo que puedo decir es que constantemente estoy pensando", dice. "Muchas de las cosas divertidas que encuentro no se pueden convertir inmediatamente en un videojuego. Pero crecen y un día todo tiene sentido".
"No es como que un día tengo una fuerte inspiración que se traduce en una idea. La mayoría del tiempo, lo que experimento en la vida eventualmente se convierte en un juego", asegura Miyamoto.
Dice que el título Nintendogs es un ejemplo, ya que el título se inspiró en la mascota de la familia Miyamoto.
Un futuro tridimensional. Ahora, como muchas otras empresas, Nintendo está apostando por un futuro en 3D. Su nueva consola portátil, denominada 3DS, se lanzó en Japón de forma reciente. A diferencia de la tecnología utilizada en televisores y películas, se puede usar sin anteojos especiales.
"Pero la belleza de nuestro Nintendo 3DS es que debido a que es un aparato portátil, permite que cualquiera disfrute el 3D donde quiera que vaya", agrega Miyamoto.
La consola cuenta con dos pantallas. La de arriba es 3D y la tecnología funciona a través de líneas verticales que esconden de la vista la mitad de los pixeles cuando se sujeta a la distancia acostumbrada de la cara.
El usuario puede ver la profundidad en 3D usando un control deslizable en el lado, algo que hace sentir muy orgulloso a Miyamoto.
Los televisores en 3D llevan un rato en el mercado y las videocámaras está comenzando a lanzarse, pero las ventas han sido débiles. Nintendo podría ser la primera empresa en convertir esta tecnología en un producto de masas, y para ello planea distribuir cuatro millones de unidades en el mundo el próximo mes.
Pero algunos han especulado que aunque el 3DS podría ayudar a los consumidores a acostumbrarse a la nueva tecnología, en el corto plazo podría no ayudar a impulsar la industria electrónica.
La gente podría posponer el comprar un televisor en 3D, esperando que los fabricantes desarrollen pronto versiones sin anteojos.
La apuesta de la compañía. Sin embargo, Nintendo necesita de forma imperiosa esta tecnología. Sus ganancias netas cayeron 74 por ciento para ubicarse en 598 millones de dólares en los últimos nueve meses del año, tras la caída en sus ventas y la fortaleza del yen.
La compañía enfrenta una fuerte competencia de Sony y Microsoft y de nuevos jugadores en la industria como los teléfonos inteligentes.
Juegos como el exitoso Angry Birds cuestan una fracción de lo que se paga por los juegos de Nintendo.
"Nintendo desarrolla software para su propio hardware", dice Miyamoto.
"Por supuesto trato de hacer software que tenga el suficiente valor como para que los clientes paguen por él. Así que el hecho de que haya diferentes tipos de juegos para los clientes y lo que pasa con los juegos de Nintendo, me parecen dos cosas completamente diferentes".
"Así que mi objetivo es continuar creando software con los más altos estándares. Mientras sigamos haciendo eso, nuestro negocio nos seguirá", cuenta Miyamoto quien, a pesar de ser un innovador, en cierta forma es un típico japonés asalariado.
Ha trabajado para Nintendo desde 1977, nunca ha creado una empresa con su nombre, ni generó una vasta fortuna.
Cuando se le pregunta por qué, se ríe.
"Quizá soy más rico de lo que piensan", dice.
"Pero hablando en serio, no se trata de mí, de que yo cree software. Estoy muy cómodo trabajando con otros colegas y así es como me gusta mi trabajo".