Google prepara un buscador con censura en China, según The Intercept
A partir de 2006, Google empezó a ofrecer su servicio de búsquedas en China. Búsquedas censuradas, se entiende, en cuyos resultados nunca aparecerían sitios que hablaran de democracia, en contra del comunismo o que de cualquier otro modo dieran acceso a datos que contradijeran el relato del partido gobernante; Wikipedia, por ejemplo. En 2010, cuando la compañía quedó bajo la mira escandalizada del Congreso estadounidense, que la acusó de ser funcional al gobierno chino, responsable de prácticas aborrecibles y "cómplice del mal", retiró su buscador y se fue de China.
Ahora, el sitio de noticias The Intercept acaba de revelar que el gigante de Internet estaría nuevamente en negociaciones con el gobierno chino para reinstalar su buscador con censura previa y filtros adecuados a la política de ese país. No sería, en principio, una versión para computadoras personales, sino una app para teléfonos inteligentes con Android, que es el modo en que la mayoría de los ciudadanos chinos acceden a la Red.
The Intercept es un prestigioso medio del grupo First Look Media, compañía fundada por Pierre Omidyar, creador de eBay, y uno de cuyos editores es Glenn Greenwald, uno de los cuatro periodistas de The Guardian que por primera vez dieron a conocer la documentación de Edward Snowden sobre el espionaje masivo e indiscriminado de la agencia estadounidense de seguridad nacional (NSA, por sus siglas en inglés). Uno de los colaboradores de The Intercept es Morgan Marquis-Boire, que en 2015 descubrió que el fiscal Alberto Nisman tenía su celular infectado con un malware para espiarlo.
Según la publicación, en su largo artículo de ayer, la documentación, que aparece con el rótulo Confidencial de Google, fue aportada por una fuente interna de la compañía que pidió mantener su identidad en reserva y que tomó esa decisión "por motivos éticos". El proyecto en el que Google estaría trabajando con el gobierno chino lleva el nombre de Dragonfly (libélula, en inglés) y volvería a establecer la misma censura de hace una década; Wikipedia incluida. Solo unos pocos cientos de empleados de la compañía estaban al tanto de Dragonfly.
China tiene en este momento tres veces más usuarios de Internet que Estados Unidos y Sundar Pichai, el actual CEO de Google, ya había adelantado que tenía intenciones de volver a tener presencia en ese país. Las razones, dadas las características del negocio de Google, basado en el volumen, están a la vista.
LA NACION habló hoy con la compañía, que respondió con un escueto pero interesante comunicado. "Proveemos un número de aplicaciones móviles en China –dice el texto, enviado por mail–, tales como Google Translate y Files Go, ayudamos a los desarrolladores chinos y tenemos significativas inversiones en compañías chinas, como JD.com. Pero no hacemos comentarios sobre las especulaciones respecto de planes futuros." Es por lo menos llamativo que Google hable de "planes futuros" en este contexto. Parece casi una admisión de la primicia dada a conocer ayer por The Intercept. ¿Tendrá que ver con el cambio en la escena política que sobrevino en Estados Unidos con el mandato de Donald Trump? De no ser así, el Congreso de ese país volverá a poner el grito en el cielo.