Humanos y robots, una sociedad con la que no todos están conformes
En la actualidad todas las empresas están redefiniendo, en mayor o menor medida, su manera de trabajar debido a cómo el avance de la tecnología modifica sus industrias de manera permanente. Tanto pequeñas como grandes compañías, atraviesan una transformación digital en la que la automatización de tareas es uno de los puntos que despierta visiones encontradas.
Si bien 8 de cada 10 personas cree que en los próximos cinco años veremos nuevos equipos de trabajo formados por “asociaciones” de humanos y máquinas, las opiniones sobre cómo afectará esto a la vida y trabajo humano está partida a la mitad. Mientras que el 50% cree que los sistemas automatizados permitirán a las personas disponer de más tiempo, la otra mitad es pesimista. Esta es una de las principales conclusiones que se desprende del nuevo estudio “Mirando al 2030, una visión dividida del futuro”, realizado sobre más de 3800 líderes de negocios de 10 industrias diferentes en 17 países del mundo, que fue presentado esta semana en la Argentina conducido por la consultora Vanson Bourne y Dell Technologies.
Entre los consultados que son optimistas sobre las implicancias de la colaboración creciente entre personas y máquinas, cuatro de cada diez creen que aumentará la satisfacción profesional gracias a que las máquinas realizarán más tareas repetitivas y operativas, lo que “liberaría” a las personas hacia trabajos más creativos. “Hay dos perspectivas extremas acerca del futuro: el temor impulsado por la ansiedad de la obsolescencia de los humanos o la visión optimista de que la tecnología resolverá los problemas sociales más graves. Estos puntos de vista diferentes pueden provocar que sea difícil para las organizaciones prepararse; sin duda, podrían obstaculizar las iniciativas para llevar a cabo los cambios necesarios”, le dijo a LA NACION Guido Ipszman, Gerente General de Dell EMC Argentina.
Si bien la mayoría de las empresas reconoce la necesidad de transformarse, no avanzan con suficiente rapidez. Del informe se desprende que solo un 27% cree que lleva la delantera mediante la digitalización de todo lo que hace y el 48% cree que cuanto más se dependa de la tecnología, más será lo que se pierda en caso de un ataque cibernético; y solicitan protocolos claros en caso de que fallen las máquinas autónomas. Cuatro de cada diez consultados cree entonces que las computadoras necesitarán descifrar entre comandos buenos y malos. Esta visión supone una autonomía completa de las máquinas, algo que los especialistas de Machine Learning e Inteligencia Artificial desestiman como algo cercano o posible, aludiendo a que el estado de la IA tiene un componente humano esencial.
La educación en el centro
Dada la promesa de un cambio radical impulsado por la tecnología y el crecimiento exponencial de los datos y las aplicaciones, el 56% de los consultados cree que las instituciones educativas deberán enseñar cómo aprender en lugar de impartir conocimientos a fin de preparar a los estudiantes para trabajos que todavía no existen y el 60% reconoce falta de preparación sus trabajadores de cara a los desafíos de los trabajos del futuro. Este pensamiento corrobora la proyección de IFTF de que el 85% de los trabajos que existirán en 2030 aún no se inventaron.
En la amplia investigación del año 2017 del Pew Research Institute La automatización en la vida diaria, con opiniones de 5000 investigadores, se analizó cuáles serán los claves para el desarrollo de habilidades para competir en los trabajos del futuro. El 87% de los entrevistados expresó que creía esencial entrenarse y ganar nuevas habilidades durante su vida laboral para estar al día con los cambios que planteará el ambiente laboral. En el informe se señala el desarrollo y amplificación de las habilidad humanas (aquellas que las máquinas no pueden replicar ni reemplazar) y el autoaprendizaje permanente como la llave para lograr un futuro en el que los equipos mixtos de personas y robots colaboren cada uno en lo que mejor hacen cada uno de acuerdo a su naturaleza.