La inesperada aventura de la iPad que perteneció a Steve Jobs
Un ladrón entró en la casa de Jobs, robó una tableta que encontró, la regaló y fue apresado; el equipo terminó en las manos de un payaso callejero
Parecía una tragedia pero la historia tuvo un final feliz. Es una historia que comenzó hace un mes, cuando Kariem McFarlin, de 35 años, tuvo la poco productiva idea de meterse -sin permiso, claro está- en la casa en la que vivió Steve Jobs hasta su muerte, y que todavía es propiedad de su familia, aunque está vacía porque la están refaccionando.
El ladrón, que no sabía dónde se estaba metiendo (en todos los sentidos de la frase) se llevó objetos y equipos por un valor de 60.000 dólares, según la policia local. Entre estos dispositivos robados estaba la billetera de Jobs con sus tarjetas de crédito, joyas, una botella de champagne Louis Roederer Cristal champagne, una iMac, una Mac Mini, dos iPads (entre ellas, una blanca que había pertenecido a Jobs), varios iPods, Apple TV y demás objetos.
McFarlin tuvo el mal tino de conectarse a la tienda iTunes desde esa tableta sin antes reiniciarla, lo que alertó a la compañía (el equipo ya había sido reportado como robado), que dio aviso a la policía, que a su vez logró ubicar al equipo triangulando su ubicación con la conexión celular (era el modelo con 3G).
El 2 de agosto la policía arrestó a McFarlin, que confrontado con los hechos no pudo más que admitir su acción, aunque ignoraba que su víctima era el fundador de Apple.
Entre medio le dio la otra tableta a un amigo y artista callejero, Kenneth Kahn (conocido como Kenny The Clown ), que también la conectó a la tienda de Apple ignorando su origen, y encontró que su nombre estaba obteniendo una fama inesperada.
Kahn devolvió la tableta a sus dueños, mientras que McFarlin (que no tiene antecedentes penales, y conoció a Kahn cuando jugaban básquet) espera una audiencia este lunes, mientras que su fianza ha sido fijada en medio millón de dólares.