Multimedia. La seis cuerdas cuenta sus secretos
Un curso interactivo de guitarra para conocer de acordes y rasgueos, con una selección de temas ideal para principiantes.
Jimi Hendrix, Stevie Ray Vaughan, Santana o Clapton. Gibson Les Paul o Fender Stratocaster. O la regordeta de madera, clásica y modesta, interpretada por algún ignoto habitante de las pampas, un asiduo concurrente a fogones o un principiante en reunión de amigos. La guitarra es probablemente el instrumento más popular del siglo, desde que, a instancias de los árabes y con la guiterna y la vihuela como antecedentes, artesanos españoles dieron forma al primer prototipo moderno de esta noble compañera de cuerdas.
Para acercar a los novatos a los principios básicos del rasgueo y los acordes es que fue creado el Curso Interactivo de Guitarra , en su tercera versión, que integra la Biblioteca Multimedia de la Música del Grupo SP. Después de sortear la instalación, que no es del todo intuitiva, el usuario llega al menú principal, desde donde se accede a las dos grandes áreas temáticas en que se divide la obra: una de teoría y otra de práctica, cada una con barra de navegación propia en la parte inferior de la pantalla. La barra, por cierto, permite moverse de modo ordenado por las secciones, aunque es bastante engorrosa la disposición que se le ha dado sobre el escritorio, que obliga a esconderla cada vez que se leen las páginas de texto y volver a hacer clic sobre ella para cambiar de opción.
Los creadores del producto aseguran que, con la teoría incluida en el curso, se aprende a leer una partitura completa. Aunque la afirmación resulta pretenciosa, sobre todo si se observa que las explicaciones incluidas en cada apartado son escuetas, lo cierto es que con el CD es posible familiarizarse con el pentagrama y hacer los primeros palotes de solfeo, distinguir los acordes principales y aprender reglas de tabulación, lo que no es poco.
También aquí se incluye una breve reseña de los distintos tipos de guitarras, desde la acústica hasta la de flamenco o el más moderno bajo eléctrico, aunque el curso está formulado en su totalidad sobre guitarra clásica. Conocer los nombres y las funciones del diapasón, el puente o la caja, tal como se señalan en los gráficos, resulta un buen camino para entrar en confianza con el instrumento. Después de elegir la opción de Afinación y usar cualquiera de los métodos para dejar la guitarra a punto, será tiempo de comenzar con Primeros Acordes y, tras algunas horas con la viola en mano, pasar a los que se construyen con cejilla.
Desde la moviola, en la sección Práctica , se puede acceder a más de veinte canciones populares de distintas latitudes, desde La puerta de Alcalá hasta el Popotitos de Charly. Con cada una se incluye un cuaderno de apuntes que muestra en tiempo real las notas y ritmos que le corresponden, y desde aquí también es posible modificar el tempo. De todos modos, resulta difícil comprender por qué, en un curso de guitarra, se incluye un arreglo de dudosa calidad en órgano en todos los temas que figuran en el listado. Se puede acceder desde allí a un sistema de karaoke y, para los más creativos, se agrega un rudimentario fichero MIDI para programar temas propios, y una mesa de mezclas para modificar los instrumentos básicos y ecualizar a voluntad del intérprete.
Es buena la calidad de los videos y las fotos que se incluyen -es elogiable, por cierto, la decisión de incluir imágenes reales en lugar de gráficos para enseñar paso a paso los movimientos-, y la selección de temas para todos los gustos resulta acertada.
El programa constituye un buen comienzo para músicos principiantes. Quienes pongan tesón en la materia, sin embargo, encontrarán que, después de algunas semanas, el curso habrá agotado sus posibilidades y será necesario comenzar a buscar un profesor real. O esperar por segundas partes del producto de SP.