Los peligros de escuchar Schubert en Nueva York
Ya he comentado varias leyes obtusas relacionadas con la tecnología en esta columna, pero la que se le ocurrió a un senador de Nueva York, Estados Unidos, ha logrado sobrepasar mi capacidad de asombro. El legislador Carl Kruger tiene planeado introducir un proyecto de ley para que se vuelva ilegal, en ese estado, cruzar la calle mientras se escucha música en un iPod (o cualquier otro reproductor portátil). La multa sería de 100 dólares. Según Kruger, varias personas han sido atropelladas por encontrarse desconectadas del entorno por la música en sus auriculares.
Hablando de desconexión, no sé si se aprobará esta ley, pero me parece que Kruger se queda corto. Si está dispuesto a especular que la culpa de algunos accidentes peatonales es de las nuevas tecnologías (el walkman tiene 28 años, dicho sea de paso), ¿por qué no multar el empleo del automóvil en Nueva York? Es sabido que le ocurren accidentes a personas que no sólo no tienen iPod, sino que tales tragedias vienen aconteciendo desde mucho antes que existieran los reproductores de música.
No obstante, atento al proyecto de Kruger, he estado reflexionando sobre su puesta en práctica. Por ejemplo, si un guardián de la ley observa a una persona cruzando la calle con auriculares, ¿qué debe hacer? Sonar el silbato no parece prudente ni -mucho menos- efectivo. ¿Debería lanzarse a perseguir al infractor? Para entonces, quizás el sujeto ya ha sido atropellado, como predice el legislador, en cuyo caso, ¿debe el agente multar de todas formas al melómano? ¿O debe primero llamar a la ambulancia?
Además, ¿es el uso de los auriculares lo que, según Kruger, precipita algunos accidentes o más bien la música sonando en estos dispositivos? El punto no es menor. ¿Se ha de multar a quienes usen auriculares, aunque no estén oyendo música? Parece absurdo. Pero, en ese caso, ¿debe el agente policial atrapar a todos los portantes de auriculares y, mediante el uso de la fuerza, si hiciera falta, verificar que además estén oyendo música? ¿No sería esto -pregunto- una pequeña invasión a la privacidad de las personas? Y, aun si no lo fuera, ¿daría abasto la policía de Nueva York para atrapar a todos los que usan auriculares de alguna clase?
Cambiemos de tema, literalmente. ¿Da lo mismo cualquier música a los fines de evitar los accidentes? Digamos, ¿es igual Korn que los lieder de Schubert? No parece. Quizá Schubert sea peor. Korn suena más fuerte, pero la abstracción causada por la música del genial Franz aparece como demasiado peligrosa. Al menos, en Nueva York.