Los usuarios de Twitter escribieron una columna para LA NACION
Hacía meses que quería producir una columna en Twitter. Es que la línea de tiempo, con sus diálogos dinámicos y constantes, es una tentación para el periodista. No una, sino muchas veces había visto, tarde a la noche, verdaderas obras colectivas surgir espontáneamente en la línea de tiempo. También sabía que la espontaneidad de Twitter, Facebook y demás redes sociales no se puede provocar voluntariamente, no es algo que el periodista controla, como tampoco controla los fenómenos que nutren su crónica diaria.
Por lo tanto, me abstuve de lanzar una consigna forzada, calculada. Esperé pacientemente que ocurriera algo que motivara la participación espontánea. Esa oportunidad llegó esta semana, cuando caí en la cuenta de que el suplemento Tecnología cumplía 14 años. Si estaba en lo cierto, nuestros lectores tuiteros estarían felices de contar sus recuerdos sobre el suple y de la época que lo vio nacer para crear una columna colaborativa. Y así fue. El resultado: una columna de 15.000 caracteres, más de 100 tweets. Un texto completo creado usando Twitter.
Lancé la consigna el martes al mediodía, y hasta las dos de la madrugada del miércoles estuve recogiendo mensajes (tweets o tuits). En el horario central (alrededor de las 22 del martes), los mensajes llegaban a mi netbook cada 30 segundos. Esa noche comí con la máquina al lado, sin dejar de copiar los tweets para pegarlos en un documento, que después editaría como columna. Si no estaba atento, fácilmente podía perder muchos mensajes.
En la cuenta final, luego de descartar muchos mensajes porque eran muy técnicos o porque ya había llegado la hora de cierre, sumé 15.000 caracteres escritos por los tuiteros. No llevé la cuenta (no tuve tiempo) de cuantos tweets recibimos, pero, grosso modo, habrán sido más de 300 tweets, de los que seleccioné algo más de 100.
El resultado, la columna más extensa que he escrito en 16 años, y la primera creada enteramente por medio de Twitter. Quizás sea una primicia, incluso un logro. Personalmente, lo siento como un trabajo en equipo con mis lectores. Y eso es una gran felicidad.
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