Ni los manuales son amigables
Si bien hay muchos adultos mayores que usan habitualmente las nuevas tecnologías, también están aquellos que no encienden una PC, no operan un cajero automático ni utilizan electrodomésticos simples. Los motivos son diversos. Por un lado, la tecnología no suele ser amigable con la gente mayor. Al respecto, los sistemas operativos se van actualizando continuamente y en este contexto el proceso de aprendizaje no termina nunca. Por otra parte, aprender cosas nuevas lleva más tiempo a medida que uno envejece, ya que el cerebro tiene una declinación progresiva en la flexibilidad de crear nuevos circuitos neuronales que constituye la base del aprendizaje. Además hay que tener en cuenta que mirar la pantalla de la PC, escribir en un teclado o usar un mouse es más complicado si uno tiene problemas perceptivos de audición o visión, o enlentecimiento motor. La realidad indica que puede ser difícil conseguir el entrenamiento apropiado para que la persona pueda operar los dispositivos, y aquí se incluye la posibilidad de poder comprender la complejidad de los manuales de usuario, que tampoco están diseñados en un formato fácil de comprender para los adultos mayores.
Frente a este escenario hay que destacar que estas personas son menos proclives a realizar este camino de aprendizaje si no ven los beneficios claros que el uso de la tecnología les va a traer a su vida.
Para achicar esta brecha hay hoy proyectos prometedores que incluyen el entrenamiento amigable al comprar un dispositivo, así como modelos de equipos diseñados para seniors e implementación de programas sociales como los del gobierno de Suecia, que incluyen el desarrollo de videojuegos y teléfonos móviles especialmente preparados para esta población.
Gabriela Cohen