Por qué las ciudades actuales necesitan ser más inteligentes

Las ciudades actuales distan bastante de esas urbes futuristas totalmente automatizadas, cubiertas de rutas y automóviles voladores que se soñaban en la primera mitad del siglo pasado. Sin embargo, casi sin darnos cuenta se están transformando. Los expertos predicen que estos cambios continuarán desarrollándose gracias a Internet y las nuevas tecnologías, que prometen transformarlas en ciudades inteligentes. Según los especialistas y tecnólogos las urbes del futuro podrían ser más limpias, más ordenadas, más sustentables y más seguras gracias a las herramientas tecnológicas.

Al mismo tiempo, las investigaciones demográficas hacen prever que los cambios son inminentes y necesarios. Según Naciones Unidas, para 2050 el 75% de la población mundial vivirá en ciudades. Esto equivale a 6000 millones de personas. Y para poder administrar y gestionarlas sería fundamental aplicar innovadoras tecnologías que faciliten la tarea.

Frente a este contexto surge el concepto de ciudades Inteligentes o "Smart Cities", las cuales ofrecen a los ciudadanos la oportunidad de gestionar su entorno de la mano de la tecnología. El objetivo de estas herramientas es mejorar la calidad de vida de los habitantes, aumentar la eficiencia de los servicios públicos, incrementar la participación de los ciudadanos en ellos, mejorar las condiciones de sustentabilidad medioambiental y aumentar las oportunidades que la ciudad ofrece a las personas y a las empresas.

Hablamos con José Luis Valdellora, de Schneider Electric Argentina, una compañía que provee soluciones para ciudades inteligentes, para conocer limitaciones y cuentas pendientes del concepto.

¿Por qué se habla de smart cities ?

Nace como una necesidad para hacer que las ciudades actúen como lo hacen las grandes compañías, es decir que puedan hacer más felices a sus habitantes, con mayor calidad de vida y que, al mismo tiempo, sean más sustentables porque es el modo de atraer a los habitantes y a las empresas para que inviertan dentro de esa ciudad.

Existen varias herramientas dirigidas a lograr este objetivo, una de ellas está vinculada a smart grid , es decir, transformar a la red de distribución eléctrica para que sea inteligente; así puede gestionarse de manera remota y con una conectividad total desde un centro de control de la red. De esta manera, si se produce un desperfecto no es necesario ir con una cuadrilla a detectar dónde se produjo o cuál es el inconveniente. Se conoce exactamente en dónde se produjo la avería y qué tengo que hacer para solucionarlo. Incluso se puede desviar el paso de la electricidad por ese lugar para poder restituir inmediatamente el servicio. También podría repararse de forma remota o enviar a la cuadrilla para que opere quirúrgicamente donde está el problema, con las herramientas necesarias para que pueda realizar la reparación de manera inmediata. Hoy todo este proceso de realizar de forma manual.

¿Qué otras cosas podrían mejorarse en una ciudad con tecnología?

Se puede automatizar la semofarización, crear un centro de control donde se gestione el tráfico de acuerdo a horas pico o según eventos puntuales cambiando, por ejemplo, el flujo o dirección de tráfico para evitar el congestionamiento de autos.

¿Cuál es el ejemplo, a nivel mundial, de una ciudad inteligente?

Un modelo que conozco y me parece un gran ejemplo es Amsterdam. Tiene un equipo trabajando en el desarrollo de un plan a 20 años. Hablé con el intendente; me dijo que su principal fin era que los habitantes sean más felices. "Quiero que la gente que viva aquí sea más feliz, que seamos más verdes, más sustentables y más rentables, para atraer inversiones", nos dijo.

¿Cuán lejos nuestro país de tener ciudades inteligentes?

Con una dirección estratégica correcta en pocos años, nuestras ciudades podrían transformarse enormemente. Es cuestión de gastar bien y de manera sustentable. Pero no se puede llevar a cabo sólo con la voluntad de un gobierno de turno. Es necesario desarrollar un plan sustentable en el tiempo.

¿Los políticos locales lo ven así?

Los intendentes argentinos están invirtiendo en seguridad. Es lo que realmente les interesa en la actualidad.

Hace unos días el gobierno porteño anunció que cambiaría la onda verde de los semáforos. Asimismo, la gestión de Macri ha realizado varios cambios en el tránsito local como dirección de calles o la implementación del Metrobus. ¿Cree que estas medidas son positivas?

Creo que son muchos parches. En las grandes ciudades nos hace falta un plan estratégico general, sustentable, para ordenar el tráfico a través de un centro de monitoreo en línea. Eso permite no sólo ordenar el tránsito vehicular si no también optimizar la gestión del transporte público.

Creo que esta ciudad necesita más control por monitoreo. Yo crearía un área específica que fuera capaz de dirigir los recursos que tenemos en la calle de manera proactiva. Falta conectividad entre el monitoreo en línea de los lugares críticos en la ciudad de Buenos Aires y la gestión del recurso que disponemos en la calle. Con respecto al control del tráfico aún hay mucha automatización por hacer. Veo que el proceso de control aún es manual. Si se produce un desperfecto en un semáforo se demora mucho en detectar el lugar y reparar la falla. Con las herramientas disponibles hoy, es fácil de automatizar y de resolver de una manera mucho más eficiente el tráfico.

¿Pero sirve la infraestructura que tenemos hoy o tendría que reemplazarse?

Lo que se necesita es conectividad. Es decir, es necesario que el programa de supervisión se conecte con el sistema de vigilancia y que, a su vez, esté conectado a la semofarización porque hay que saber, en línea, el estado de cada semáforo. Esto se puede hacer y muchas ciudades ya lo han implementado. Rosario es una de ellas: esta ciudad ya ha automatizado todo su control de tránsito y su semaforización.