Un viaje por la historia de la World Wide Web
Ariel y Ricardo, mis compañeros del suplemento Tecnología, siempre me cargan con que me quedé en el tiempo, que el lugar y la época ideal para mí serían Francia en el barroco. Desmiento categóricamente tales aseveraciones: me quedo con la Viena del período Biedermeier.
Pero, sí, es verdad, encuentro en muchos casos más apasionante la historia que el presente. Sigo diciendo tocadiscos y me descubro expresando esta maldita Entel ante la cuenta del teléfono.
Esta manía también se refleja en la tecnología. Guardo con cariño mi primera calculadora científica, una Norman de fines de los años 60, y me entretiene ver cómo era la Web hace algunos años.
Para esta afición de anticuario digital es muy propicio el sitio Internet Archive ( www.archive.org ), una real fuente para el recuerdo que almacena 40.000 millones de páginas desde el nacimiento de la Web. Está sostenido por una organización sin fines de lucro con sede en San Francisco.
En la página de inicio hay que poner, en el campo ad hoc ubicado en la parte superior, al lado del logo de Way Back Machine, la dirección del sitio buscado, por ejemplo, http://www.amazon.com .
Con la tecla Take Me Back aparecerán en pantalla, agrupados por año, ejemplos del sitio del mayor exponente del comercio electrónico. En este caso, la más antigua es del 12 de diciembre de 1998.
Si cliqueamos los links de este Amazon arcaico descubrimos que Way Back Machine no sólo guarda la home page. En el caso del diario, el ejemplar más antiguo de LA NACION LINE que conservan es la página publicada el 12 de abril de 1997.
Ya que estamos viajando por el túnel del tiempo cibernético, ¿por qué no vemos cómo eran los navegadores otrora? Gracias a Deja Vu ( www.dejavu.org ) hay emuladores de browsers -como el Internet Explorer 2.0, el Netscape 1.0 o el NCSA Mosaic 1.0- que permiten navegar como en aquellos años. Muchas páginas se verán incompletas, desordenadas, sin imágenes, sonido o animaciones Flash y con espacios en blanco, ya que estos emuladores reproducen la vista que tendríamos si usáramos esas versiones de browsers.
Allí se ve la diferencia entre la Web multimedia actual, con interactividad, movimiento, sorpresas a cada instante, y la de antaño, de páginas grises con cero atractivo visual. En este caso, me quedo con el presente.