Bajamos del tren en Cardiff Central. Nevaba cuando llegamos y caminamos por una peatonal hermosa con luces de Navidad, llena de galerías de compras y restaurantes elegantemente decorados. Cada tanto nos cruzábamos con coros que cantaban villancicos. ¡No se podía creer!
Cardiff tiene 300.000 habitantes y es la capital de Gales, que pertenece a Gran Bretaña. Les puede sonar Gales por Lady Di. Es una ciudad bastante chica. Se puede caminar para todos lados y es sumamente pintoresca. En el centro se destacan tres peatonales preciosas llenas de galerías, mercados, restaurantes y pubs. En esta época están más lindas porque tienen todo tipo de decoraciones navideñas.
Hay una zona como de cuatro o cinco cuadras donde las peatonales se unen y crean un impresionante centro comercial llamado Saint David's. Las distintas partes del shopping se conectan por escaleras, pasillos, y a veces hasta hay que cruzar una calle y volver a entrar. Un paraíso de las compras.
Es verdad que en Gran Bretaña hay mucho dinero y las cosas son bastante caras, más que en Europa continental. Todo lo caro que tiene la ciudad se invierte en limpieza y prolijidad. La gente es muy correcta, no es una castañuela, pero tampoco te trata mal, y realmente es educada. Ni hablar de inseguridad.
Lo primero que fui a visitar es el Bute Park, un parque hermoso que rodea al río Taff. Tienen un aire medieval porque desde todos lados se ve el Castillo de Cardiff, en una de las esquinas del parque.
También hay otros edificios distinguidos, como el Welsh Institute of Sport; el Royal Welsh College of Music and Drama, donde estudió Anthony Hopkins, y el Swalec Stadium. Pero el más encantador es el Castillo de Cardiff.
Es una construcción de más de 2000 años de historia donde se refugiaron los romanos durante su invasión a Gran Bretaña; los caballeros medievales lo usaron como centro de reunión, y luego fue hogar y orgullo de las familias más ricas de la zona. Finalmente, el tercer marqués de Bute, un personaje muy destacado en esta ciudad, transformó el castillo en una fantasía medieval que su familia usaría como residencia.
También hay otra zona muy linda que vale la pena ver: el Cathay´s Park. En esta área (no es un parque, sino un conjunto de edificios públicos) se pueden ver las Cortes, la municipalidad, la Universidad de Cardiff y el Museo Nacional. Destaco especialmente la municipalidad (City Hall) por su fachada ornamentada y un dragón en la punta (Gales es llamada la tierra del dragón).
También es un valor el Museo de Cardiff, y la entrada es gratuita. Tiene exposiciones de antropología e historia natural, y es imperdible el sector de piedras preciosas. En los pisos superiores hay pinturas, esculturas y porcelanas. En medio de estos hermosos edificios están los Alexandra Gardens, jardines preciosos con un monumento en honor a los caídos en batallas por Gales.
El último sitio imperdible de Cardiff es la bahía, que concentra restaurantes, casas de té y tiendas. Tiene unas vistas preciosas de la puesta de sol y se puede caminar por el muelle hasta llegar a los antiguos embarcaderos. Ahí hay una escultura y el relato conmovedor de la travesía del Capitán Scott y su equipo, que murieron cuando intentaban regresar de su expedición al Polo Sur.