Cinco aeropuertos extraordinarios donde el futuro pide pista
1. Singapur-Changi: el más valorado
Viajar a Singapur es tener una cita con el futuro desde la llegada al aeropuerto. Sus terminales están en uno de los extremos de la isla que ocupa la ciudad-estado. Es el hub de la compañía nacional, Singapore Airlines, que en 2007 fue la primera en poner en servicio comercial el Airbus A380.
Los Skytrax World Airport Awards 2018 (los Oscar de la industria aérea) designaron a Changi por sexto año consecutivo el mejor aeropuerto del mundo. ¿Cómo logra y defiende este título? Gracias a una mezcla de servicios, tecnología, diseño, inversiones y óptimas conexiones: unos 20 salones, dos salas de cine gratuitas, pileta, jardín, juegos interactivos y zonas comerciales.
El Singapore Changi Airport es el mejor, pero también quiere ser el más lindo. Y para sumar estos laureles presentará el año próximo un nuevo sector llamado Jewel: se trata de una enorme burbuja de techo vidriado que cubre un centro comercial. Las tiendas están rodeadas por la vegetación tropical sobre una decena de pisos, entre juegos para grandes y chicos, además de cascadas y chorros de agua. Jewel promete ser tan deslumbrante como Gardens by the Bay, los jardines del futuro, símbolo de la ambición ilimitada de la ciudad.
Tráfico: 62,2 millones de pasajeros en 2017. Unos 373.000 aviones despegan y aterrizan por año (un promedio de un movimiento cada 85 segundos). Conexión a la ciudad: un tren va de la Terminal 2 hacia la estación Tanah Merah, sobre la línea East-West de la red de subte de Singapur.
2. Atlanta Hartsfield-Jackson: el más transitado
La capital del estado de Georgia no es la más grande ni la más llamativa de las metrópolis norteamericanas, pero es el tercer centro urbano entre los de mayor cantidad de empresas Fortune 500 en Estados Unidos, detrás de Nueva York y Houston.
Es, por ejemplo, la sede de algunos gigantes globales, como Coca-Cola Company, Home Depot, AT&T o Delta Airlines, que tiene su hub en el aeropuerto de la ciudad y es a la vez el principal empleador local.
El grupo aerocomercial genera la mayor parte del movimiento de pasajeros, con unos mil vuelos por día. Hartsfield-Jackson fue el primer aeropuerto en transformarse en lo que conocemos hoy como un hub, a principios de los 70.
Sus instalaciones no son tan lindas y llamativas como las de sus pares asiáticos, pero puede jactarse de eficiencia y puntualidad. Gracias a una quinta pista construida en 2007, el aeropuerto de Atlanta se convirtió en el cuarto entre los más puntuales del mundo. Su torre de control más reciente es la más alta de América del Norte y culmina a 122 metros.
¿Y el nombre? Es un homenaje a dos alcaldes de Atlanta que trabajaron para el crecimiento del aeropuerto: William Hartsfield y Maynard Jackson.
Tráfico: casi 104 millones de pasajeros en 2017. El aeropuerto de Atlanta fue el primero del mundo en superar la barrera de los 100 millones anuales, en 2015. Conexión: las terminales están conectadas a la red de autopistas de la aglomeración. Está integrado a la red MARTA (Metropolitan Atlanta Rapid Transit Authority, el subte local).
3. Damman-Rey Fahd: ¿el más grande?
Con un tráfico aéreo que no para de crecer, muchas capitales del mundo están construyendo nuevos aeropuertos o agrandando los que ya tienen.
Es el caso en Seúl, con la nueva Terminal 2 de Incheon, abierta parcialmente este año con la ambición de estar entre las mayores del mundo cuando finalicen las obras, en 2024.
Mientras tanto, el mayor del planeta está en medio de las arenas del desierto de la Península Arábiga. Se trata del Aeropuerto Internacional Rey Fahd, en Dammam. Es solo el tercero en importancia en Arabia Saudita, pero el libro de los récords lo menciona como el más extenso del planeta, con 780 km2 de superficie. Cuenta con muchos terrenos y una terminal más bien modesta: 300.000 m2. Mucho menos que los de Dubai y Pekín, que pelean por el título de mayor edificio aeroportuario.
La Terminal 3 del Aeropuerto Internacional de Pekín Capital es más extensa que algunos grandes aeropuertos enteros. Tiene una superficie total de casi 100 hectáreas, que no son suficientes: la capital china está preparándose para la inauguración de un nuevo aeropuerto, en Daxing, el año que viene. La Terminal 1 tendrá 700.000 m2 y podrá recibir 100 millones de viajeros al año.
Tráfico: 90 millones de pasajeros en 2015 para el Internacional de Pekín Capital; Seúl Incheon: 57,7 millones en 2016; Rey Fahd: 9,6 millones en 2016; Kansai: 30 millones en 2017.
4. Tokio Haneda: el más lindo
Para esta categoría más bien subjetiva, cada viajero tiene su preferido. En gustos no hay nada escrito, pero lo cierto es que, una vez más, las terminales de Asia son deslumbrantes.
En Japón, todos suman excelencia, vanguardia y cordialidad, haciendo lo posible para que las formalidades de embarque y migraciones sean agradables para los viajeros. Tokio tiene dos grandes aeropuertos internacionales: Narita y Haneda. Si se vuela hacia o desde este último, vale la pena hacerse el tiempo necesario para explorarlo. En el tercer piso se armó la réplica de una calle típica japonesa de la era Edo (del siglo XVII al XIX). Se llama Edo Koji y es un centro comercial compuesto por casas, talleres y tiendas de madera de arquitectura tradicional con sus linternas y faroles.
Además de las boutiques de suvenires y delicatessen, hay artesanos que trabajan a la vista del público. Un piso más arriba, se cambia de época y de ambientación: Tokyo Pop Town es otro conjunto de tiendas dedicadas a la cultura animé y manga, con juegos, ropa y objetos de colección. Desde este sector, es posible salir a una terraza exterior para ver despegar los aviones.
Tráfico: 85,4 millones de pasajeros en 2017. Es el principal aeropuerto de Japón, el tercero en Asia y el cuarto en el mundo por la cantidad de pasajeros. Conexión: Haneda está más cerca que Narita. Se llega en menos tiempo y a un costo menor al centro de Tokio. Está conectado a la red de transporte público por un monorraíl y por un tren de la línea Keiku.
5. Flughafen Zürich: el más práctico
Todos los aeropuertos del mundo tratan de ser eficientes y gratos para sus pasajeros. Pero son pocos los que pueden aspirar al nivel de pragmatismo que se experimenta en la terminal de la capital económica de Suiza.
Cada detalle fue pensado para facilitar la vida de los viajeros. Por ejemplo, los que deben dejar su hotel por la mañana y tienen un vuelo de noche (como es el caso de los viajes hacia las Américas) pueden embarcar su valija desde temprano y volver al centro sin preocuparse por ella. También es posible despacharla de antemano desde otros lugares de Suiza.
En cuanto a las compras –además de las habituales tiendas de marcas internacionales que suelen repetirse en todos los aeropuertos del mundo–, hay una sucursal de la cadena de supermercados más popular de Suiza a metros del sector de embarque. Imposible hacer compras de último momento a mejor precio y más fácilmente.
Pero nada de todo esto sería tan atractivo si no fuera por la conexión sin igual que tiene el aeropuerto con el centro de la ciudad: en los horarios pico hay trenes cada diez minutos y el viaje dura unos diez minutos desde la estación central de Zürich.
Tráfico: casi 30 millones de viajeros en 2017. Es el hub de las compañías nacionales Swiss y Edelweiss. Conexión: la mejor opción es por tren y hay rotaciones continuas. El ticket de ida sola cuesta US$7.