Cinco noches agitadas

Se trata de fiestas organizadas con meses de anticipación por empresarios y celebridades que viven en Estados Unidos y Europa. Los invitados son minuciosamente seleccionados, y en este rincón del planeta, sólo por unas horas, poseer una pulserita de acceso vale más que todo el oro del mundo.

Se terminaron los tiempos en que la noche pasaba por las discotecas, al menos en Punta del Este. Actualmente, las mejores fiestas del balneario se realizan en chacras y casas privadas de José Ignacio y La Barra y las invitaciones se cursan a través de exclusivas redes sociales, como A Small World ( www.asmallworld.net ) o Elysiants ( www.elysiants.com ), que algunos apodaron como el Facebook de los millonarios .

Estas veladas llegan a convocar hasta 1500 personas por noche y las propias marcas, como Chivas Regal o Absolut Vodka, prefieren auspiciarlas, regalando bebidas a mansalva antes que destinar su presupuesto a una disco o un bar.

A esta altura del año, todos saben cuáles serán los festejos imperdibles del 31 de este mes. Las chacras Villa Sofía, La Silenciosa y la carpa del hotel Setai en José Ignacio son las tres locaciones más anheladas para esperar 2010; por ende, hacerse invitar no es tarea sencilla. Las opciones, básicamente, son dos: anotarse a través de una red social por Internet, ser aceptado (los postulantes deben estar puntillosamente referenciados) y retirar la preciada pulserita en el mostrador de un hotel o en la puerta misma del evento; o simplemente pagar el costo del brazalete, que en algunos casos puede costar hasta 1000 dólares, según fuentes consultadas del ambiente.

Diego Velázquez, productor de eventos y miembro de A Small World, cuenta que para las dos fiestas que está organizando, la de Sarava Restó (esta noche, en el kilómetro 185 de la ruta 10) y la del Yoo Lounge (pasado mañana en la parada 9 de la avenida Roosevelt), tiene anotadas 350 y 700 personas, respectivamente. "El 80% de los invitados son extranjeros: ingleses, norteamericanos, venezolanos, entre otros", precisa.

En muchos casos es gente que llega a Punta del Este con la idea fija de asistir a estas fiestas súper top, como si fuera el único lugar del mundo donde hay que estar cueste lo que cueste. Y aunque se queden sólo hasta el 3 de enero, algunos extranjeros son capaces de pagar los US$ 120.000 que vale la quincena entera en una casa en La Barra.

Como el inversor saudita Laith Pharaon, hijo del magnate árabe Gaith Pharaon, que llegó a Punta del Este para supervisar la marcha del proyecto de residencias Quay y, de paso, dar una megafiesta el 2 de enero en su chacra de mar de La Barra. Esa noche tocará el conocido DJ Eric Morillo, que -dicen- recibió US$ 50.000 por tomarse un avión y estar frente a las bandejas.

Lo cierto es que, entre el 27 del actual y el 2 de enero, hay entre tres y cuatro fiestas top por noche, a las que se suman decenas de celebraciones en chacras privadas, que no se dan a conocer públicamente. De esta forma, Punta del Este espera la llegada del nuevo año. Por eso, si lo ven a Bruce Willis pasando música no hay que asustarse. El hombre no viene a romper nada, sólo quiere ser DJ por un rato.

Por José Totah
Para LA NACION