DENVER, Estados Unidos (The New York Times).- El Estado de Colorado es mundialmente famoso por sus centros de esquí; sin embargo, atrae más turistas en verano que en invierno. Antes, su capital, Denver, solía ser apenas un punto de escala fugaz para las familias que veraneaban en auto; comían algo y reanudaban el viaje. Hoy es una ciudad chispeante de vida, con atracciones de primer nivel internacional; merece, como mínimo, que los turistas descansen en ella un fin de semana, antes de vérselas con las montañas Rocosas.
El año último, la inauguración del Acuario Ocean Journey atrajo multitudes. Integra un programa de obras públicas (estadios, museos y un parque de diversiones), que dota a Denver de una de las zonas céntricas más excitantes del país.
Quienes aspiren a un veraneo tranquilo, hallarán en el área metropolitana 720 kilómetros de caminos para ciclismo y trote. Comprende desde senderos serpenteantes, a orillas de algún arroyo, hasta sendas empinadas, que prometen un buen entrenamiento para montañistas.
Estén donde estén, en pleno centro o en la soledad de un bosque, los veraneantes pronto descubren cuán ardiente es el sol de Colorado y enseguida aprenden a ponerse una generosa capa de crema protectora. En Denver, las radiaciones ultravioletas son un 24 por ciento más intensas que en las playas al nivel del mar.
Arte y ladrillos rojos
Lower Downtown es un sector histórico de edificios de ladrillos rojos, que -en menos de una década- se transformó de barrio bajo en el concurridísimo LoDo. Por sus galerías de arte, casas de antigüedades, teatros, bares deportivos, casas históricas y la librería Tattered Cover, amén de 80 restaurantes, es el paraíso de los caminantes y el lugar obligado para cenar.
A falta de playas, Denver propone el ya mencionado Acuario Ocean Journey (700 Water St.), en un área de esparcimiento, al oeste del centro, que incluye el Museo Infantil y los Jardines Six Flags Elitch. Con 300 especies de peces y mamíferos nadando en casi 4,5 millones de litros de agua, el acuario recrea los ecosistemas de los ríos Colorado -desde sus fuentes en la Divisoria Continental hasta su desembocadura en el golfo de California- y Kampar, este último de Indonesia.
El niño que no se impresione ante los tiburones mexicanos, quizá sienta curiosidad por los tigres de Sumatra.
El Museo Infantil de Denver ofrece diariamente, de 10 a 17, diversas muestras interactivas, entre ellas un gigantesco laberinto musical y una pista de esquí que funciona todo el año.
Los Jardines Six Flags Elitch son el parque de diversiones más grande de Colorado. Tiene más de 75 paseos automatizados y un parque acuático.
Más al Sur, a suficiente distancia del centro para no divisar ya sus rascacielos, está el Parque Estatal Roxborough. En mi última visita, llevé allí a dos de mis hijos. Atardecía. Cerca de un arroyo, sobresaltamos a una osa parda que se alzó sobre las patas traseras para proteger a su osezno. Tras esta demostración de fuerza, ambos desaparecieron en el bosque.
Sendero arriba, vimos dos coyotes persiguiendo, en vano, a un zorro a través de un prado; luego, en otro intento fallido, acecharon a una gama preñada.
Ya de regreso, avistamos nuevamente la familia de osos y nos atravesamos en el camino de un zorrino, por suerte, bonachón...
Datos útiles
Cómo llegar
- El pasaje, ida y vuelta, de Buenos Aires a Denver cuesta 1500 dólares aproximadamente, con tasas e impuestos incluidos.
Alojamiento
- Una habitación doble en un hotel tres estrellas cuesta alrededor de 60 dólares; en uno de cuatro, 90 y en uno de cinco, desde 130.
Restaurantes
- Un menú para dos personas, con vino incluído, en Barolo Grill cuesta 75 dólares; en Papillon Cafe, 100, y en Aubergine Cafe, entre 7 y 18 dólares por plato.
- En Wybkoop Brewing Company, en el corazón de LoDo, el menú individual de un plato, postre y cerveza, 20 dólares.
En Internet
James Brooke
(Traducciones de Zoraida J. Valcárcel)
(Traducciones de Zoraida J. Valcárcel)