El ritmo relajado y el fácil acceso a distintas ciudades son dos buenas razones que explican el espectacular auge de los cruceros fluviales. Para darse una idea, algunas líneas han crecido hasta un 60% anual en los últimos cinco años, casi diez veces más que los cruceros de mar.
¿A qué se debe semejante apogeo? Con menos de 200 pasajeros por barco, los cruceros de río ofrecen un ambiente más íntimo y distendido que los de mar, con pocas colas para embarcar, desembarcar o esperar en el horario de las comidas. Además, la mayoría de estos buques atracan directamente en el centro de una ciudad o pueblo, sin necesidad de recorrer grandes distancias para llegar a destino.
"La mayoría de las ciudades europeas están sobre un río. Entonces, ¿por qué no desempacar sólo una vez?", dice Joy Whitney, una norteamericana que ya lleva cinco viajes con Uniworld, la compañía que navega por los ríos de Europa, desde el Duero en Portugal hasta el Danubio y su desembocadura en Bulgaria.
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