El Valle de los Reyes

La necrópolis está formada por una profunda abertura en la roca calcárea. Es difícil imaginar cómo se pudo trabajar allí, construir todas esas tumbas de faraones de las dinastías XVIII, XIX y XX. El lugar exacto de la futura tumba real se elegía en el primer año del reinado del faraón, después se realizaba el proyecto y, por último, se ponía a trabajar a los obreros que residían en el pueblo de Deir El-Medina.

Caminar por ahí es retroceder en el tiempo, entrar en las tumbas y ver cómo sus paredes cuentan la historia de cada faraón. Se puede hasta oír el murmullo de toda esa gente grabando y pintando cada símbolo, intentando decirnos lo que fue esa época, mostrando al mundo "la eternidad".

Como se sabe, casi todas las tumbas fueron saqueadas, por lo cual los sacerdotes se vieron obligados a transportar los cuerpos de los faraones a un escondite secreto, llamado El Cachette de Deir el-Bahari, menos la de Tutankamon (Tut-anj-Amón), cuyos hallazgos se encuentran actualmente en el Museo de El Cairo. Imposible no visitarlo, para ver de cerca y admirar lo que posiblemente habría en otras tumbas, los tesoros que les dejaban, el trabajo maravilloso en los sarcófagos, las joyas, y todas las ofrendas necesarias para su nueva vida.

En fin, no se pierdan esta maravilla, por sus paredes y pinturas; nosotros agradecemos una vez más que sea Patrimonio de la Humanidad.