En el Orientatlón cada corredor elige su aventura

El Campeonato Nacional de Orientación y Aventura comprende desde 2002 cuatro carreras en formato de expedición, que se desarrollan en varios puntos del país. Para las finales también se eligen lugares distintos.

Básicamente, en esta competencia de aventura conocida como Orientatlón hay que reunir en unas doce horas la mayor cantidad de puntos, que se obtienen al llegar a los puestos de control estratégicamente distribuidos por la organización.

Claro que no todos los puestos testigo valen lo mismo, y su mayor o menor puntaje está directamente relacionado con el grado de complejidad y distancia para acceder a cada uno. En los puestos testigo encontrarán, con suerte, a un integrante de la organización. Si no habrá un sello de goma que los competidores deberán imprimir en su pasaporte para constatar su paso por el lugar.

Desarrollar una estrategia de carrera es la clave antes de partir. No hay un camino marcado de antemano y cada competidor deberá diseñar su propio recorrido, ayudándose de una carta topográfica y una brújula.

"La estrategia de elección de la zona de navegación es decisiva. Generalmente, la mayoría de los equipos de gran experiencia y buen rendimiento físico son tentados con testigos de más puntajes, aunque estén más alejados y tengan un acceso más dificultoso, de avance lento. Por otro lado, las zonas más cercanas están pobladas de testigos de menor valor que, sin embargo, en su totalidad suman valiosos puntos", cuenta Alejandro Luchini, director de la etapa Balcarce 2009.

Para los novatos, antes de la carrera se ofrece una charla introductoria sobre navegación terrestre, en la cual se brindan las primeras pistas para descifrar una maraña de líneas y referencias que enseguida cobrarán la forma de ríos y cumbres, filos, valles y pendientes; alambrados, molinos, bosques, canteras, depresiones, fábricas abandonadas, barrancos, arroyos, vías del ferrocarril, quebradas y zonas prohibidas.

También se explican nociones como curvas de nivel, posición de zona, posición de línea y de punto, líneas de conducción y de parada, entre otros conceptos para desenvolverse mejor. Aunque se sabe: una cosa es la teoría y otra, la práctica.

"El Orientatlón se diferencia del resto de las carreras de aventura por no tener un recorrido predeterminado, lo que hace que este tipo de competencia sea la mejor en su tipo para la práctica y el entrenamiento de trekking y de técnicas de orientación", asegura Pablo Bravo, director de la etapa La Cumbrecita 2009.

Estas carreras permiten realizar recorridos totalmente distintos tanto en complejidad como en distancias y desniveles. "Esto posibilita -continúa Bravo- que las categorías de principiantes y las especiales, como las de padres e hijos, cubran distancias de entre 10 y 20 kilómetros, mientras las categorías más avanzadas o de elite realizan espectaculares y superexigentes recorridos de más de 50 kilómetros, en menos de 12 horas. Esto ubica al Orientatlón de La Cumbrecita en una de las carreras de trekking en montaña más duras que se realizan."

El equipo obligatorio se compone de una pechera oficial, un silbato, una linterna, una navaja multiuso, un encendedor, una mochila, una bolsa de dormir, un saco de vivac, un envase de un litro, un botiquín de primeros auxilios, una brújula, un teléfono celular, un mapa y un pasaporte (provistos por la organización), una bolsa de residuos mediana y un destellador.

Algunas carreras del circuito incluyen un campamento nocturno. Con las linternas frontales encendidas, a medida que los corredores llegan al campamento base arman sus carpas y encienden los calentadores para preparar la cena, que en algunos casos incluye picadas exuberantes, sopas humeantes, pastas al dente y hasta vinos de selección.

Los despistados que no lleguen hasta allí deberán estar preparados para pasar la noche donde los encuentre, solitos con su equipo de supervivencia, ya que la organización no sale a hacer rescates a menos que se trate de una emergencia médica.

La etapa final del Circuito Nacional de Orientación y Aventura se realizó el 7 y 8 de noviembre en Nogoli, San Luis, y conjugó lo mejor de las cuatro fechas de este 2009: Tandil, Balcarce, San Juan y La Cumbrecita. Más de 70 competidores de todo el país caminaron y trotaron por las Sierras Centrales en busca de los puntos que les permitieran alcanzar un puesto de privilegio en el ranking final, que este año tuvo en lo más alto del podio a Claudio Valva (Mar del Plata), seguido por Gustavo Corral (Bragado).

Dicen que es bueno perderse; cuando uno se encuentra ya no es el mismo. En las diferentes ediciones que participé del Orientatlón no hubo una sola en la que no me hubiera perdido completamente. Al final encontré el camino de regreso, listo para anotarme en el próxima carrera, con las ganas como brújula.

Alejandro Rapetti