¡No se pierdan! Por Juan Manuel Jiménez Tucumán
La festividad de la Pachamama viene a completar el increíble sincretismo andino. Dentro de la teogonía diaguita, la Pachamama ocupa el lugar más destacado. Habita la montaña y sus valles, y en el corazón de aquellas personas que viven allí desde siempre.
En el Noroeste se considera a la Pachamama como la primera dama del Olimpo indígena, a la que se venera con ceremonias cuando comienza la siembra y la cosecha, en las marcadas, antes de comer, cuando comienza y termina el Carnaval.
En realidad, cualquier momento es bueno para honrar a la madre tierra, pero el 1° de agosto es el día central.
En esta suerte de panteón incaico está acompañada, entre otros, por Viracocha o Pachacamac; Llastay, un enano corpulento con traje y sombrero de lana de oveja y con alas, con ojotas; Pujllay; Chiqui; Inti; Huayrapuca y Mama Quilla.
Si pasea por cualquier localidad del Norte, como Purmamarca, podrá ver las ofrendas.
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