La ciudad y las luces

Con poderosos reflectores enciende de noche edificios de indiscutible belleza, como el Petit y el Grand Palais, el Dôme, la Opera y el puente Alejandro III. El hôtel du Louvre se tiñe de colorado y la catedral de Notre-Dame de París, gracias a las potentes luces, se puede ver de noche en detalle, mientras que en la puerta tintinea un arbolito adornado en azul. Al Museo de Orsay y la Conserjería los iluminan los barcos que pasean turistas por el Sena, que a su paso van descubriendo la belleza de los edificios costeros.

En la Place de la Concorde, a metros del Obelisco de Luxor (tiene una antigüedad de 3200 años), una rueda incandescente gira con 36 casillas con capacidad para seis personas que ven la ciudad con otra perspectiva. Sus luces se divisan desde el otro extremo de los Campos Elíseos, que tienen en todo su trayecto 415 árboles con un millón de luces azules con efecto de cascada. Los encendió el alcalde de París, Bertrand Delanoë, cuando inauguró el 19 noviembre último la temporada Paris Illumine Paris , que es como se llama este fervor iluminista. Lo acompañó la actriz Marion Cotillard, que ganó un Oscar por su interpretación de Edith Piaf en la película La vida en rosa .

Hasta mediados de enero, esta Navidad parisiense no será colorada ni verde muérdago; tampoco rosa. París tiende por zonas al azul, para festejar el año de la presidencia francesa de la Unión Europea. Azul -y no dorada, como acostumbra- se ve entonces por las noches la Torre Eiffel, rematada en su centro con el círculo de estrellas que identifica a la comunidad. Hay que estar alerta para ver los diez minutos de cada hora en los que sus 7300 toneladas de acero se llenan de luces intermitentes.

Estrellas, guirnaldas, globos y cascadas. Formas que toman las luces en las calles de todos los barrios, con diseños pensados para cada uno. La elegante avenida Montaigne, donde se ubican las grandes maisons de moda, se destaca con luces coloradas o velos de organdí, como dice la campaña. Hay copos centellantes en rue des Francs-Bourgeois y globos rosas y lilas en los árboles del bulevar Haussmann. El elegante Ritz se viste con pinos blancos con bolas doradas.

Estrellas fugaces cruzan la rue du Faubourg Montmartre. La place Vendôme, las rues de la Paix, de Castiglione y Saint-Honoré se decoran con perlas y diamantes (de utilería), muy adecuados para el barrio de las joyerías. Las luces del barrio de los teatros imitan telones que se abren.

Luces de atardecer en la place d´Italie, dulces luminosos en rue des Vinaigriers, rayos de luz en el Bulevar Saint Germain y paleta de luces en la place du Tertre. Los locales comerciales tienen todos sus detalles navideños. Sólo en París es posible encontrar un Papá Noel en carruaje de época en la vidriera de una carnicería.

Por las calles de los grandes almacenes no se puede caminar los fines de semana. Tienen vidrieras tan atractivas que se llenan de gente que lleva a sus chicos a ver sus animaciones. En Au Printemps la fachada simula fuegos artificiales de estrellas fugaces. Adentro, luces plateadas y adornos modernos en amarillo y negro. Tres grandes nombres de la moda, Karl Lagerfeld, Hannah MacGibbon y Hervé Van der Straeten, ocupan sus fachadas con un mismo tema: un sueño cósmico, que resulta en escenas galácticas.

En Galerías Lafayette, un encaje de luz dorada pensado por el artista italiano Valerio Festi recubre el frente de los edificios. Las vidrieras de Alicia en el País de las Maravillas entretienen con sus conejos laboriosos y sus maniquíes desorientados. Un pino de 20 metros decorado con bombitas y 1800 bolas de espejos se convirtió en una gran atracción de estas tiendas. Tres veces por día un coro de 30 voces canta ahí villancicos. En el shopping Forum des Halles hay un abeto brillante de más de 10 metros en el centro de la plaza abierta.

La casa de Alsacia tiene fachada brillante, inspirada en Hansel y Gretel, con 750 metros cuadrados de dulces y golosinas, en el 39 de los Champs-Elysées. Pero ya no hay lugar para pasar ahí la Nochebuena. Tampoco se podrá recibir el año en el restaurante Altitud 95 de la Torre Eiffel, porque está cerrado hasta marzo por remodelaciones. Le Jules Verne, en el piso más alto, ya no acepta más reservaciones. De todas formas, la ciudad está sembrada de bares, cafés, bistros y brasseries que bien valen un croissant conocer, donde los sándwiches de baguettes valen 5 euros, el café ronda el euro y hay menús con todo incluido desde los 12 euros.

En la ciudad de la moda, los arbolitos son tema de exposición fashion. Los estudiantes de la Escuela Superior de Artes Aplicadas Duperre realizaron treinta versiones bien creativas del árbol, que se pueden ver en Intercontinental Paris Grand Hôtel (2, rue Scribe).

Tanto despliegue lumínico mereció un estudio de costos, por lo que desde hace dos años Electricidad de Francia (EDF), amigada con el medio ambiente, optó por ledds y diodos de nueva generación de bajo consumo, que redujeron el gasto energético en un 70%. Sin culpas, la Ciudad Luz brilla más que nunca. Y el mejor plan siempre es caminarla.

Para viajar con más datos de animaciones de Navidad, hoteles y restaurantes se puede consultar las páginas en español de la Oficina de Turismo de París, www.parisinfo.com , y la Oficina de Turismo Francés, www.franceguide.com