La Málaga de Picasso

Cuando llegamos a la ciudad, nos impactó su puerto, recorrido y vivido por musulmanes, romanos y fenicios, y hoy abarrotado de transbordadores y cargueros. Las huellas árabes se manifiestan en La Alcazaba, que se dibuja como una especie de corona en el cerro. Se destacan los techos mudéjares tallados en perfecta armonía con las cerámicas árabes y los mosaicos romanos. Luego subimos a ver el atardecer en el castillo de Gibralfaro, desde donde las vistas de la ciudad son fantásticas.

Al día siguiente, se cumplió mi gran deseo, conocer la casa donde nació Picasso. Como gran admiradora de su obra, fue emocionante pisar el umbral de su puerta, en las llamadas Casas de Campos de la Plaza de la Merced costasoleña. Recorrí la casa, de manera sigilosa. Estaba caminando por los mismos lugares donde había transcurrido la infancia el genial artista pero aún, me esperaba una sorpresa. Nos acompañaba una guía del museo que brindaba detalles del lugar, y cuando entramos a la habitación donde dijo que Picasso había nacido, vi que uno de mis pinturas favoritas colgaba de la pared:"Mano con flores", dos manos unidas sosteniendo un ramillete de flores muy coloridas.