Diseños innovadores, tiendas glamorosas y extravagantes, arte y arquitectura vanguardista o restaurantes exclusivos son algunos exponentes del cambio
BANGKOK (The New York Times).- Para el ojo no avezado, el café Au Bon Pain de Soi Thonglor, en Bangkok, no parece gran cosa. Sin embargo, no se trata solamente de otra franquicia de comida rápida. Según Krissanaphong Kiattisak, es el centro de la creatividad en Bangkok.
Y Kris, como todos lo llaman, lo sabe mejor que nadie en esta ciudad de 5,6 millones de habitantes, ya que no es nada más ni nada menos que el editor responsable de Wallpaper Thailand, la nueva edición de una importante revista internacional de diseño. Este café -que alimenta el deseo de ver y ser visto de los residentes- se ha convertido en una especie de segunda oficina para él y su personal.
"Puedes sentarte aquí todo el día y conversar con fotógrafos y estilistas", comentó Krissanaphong, ex arquitecto y diseñador de interiores.
En ese momento, un grupo de jóvenes con anteojos oscuros se sentó afuera y saludó por la ventana a Krissanaphong. "Nos conocemos todos", dijo él sonriente.
En la Bangkok de hoy, decir "todos" significa un grupo mucho más numeroso de lo que era antes. Las personas que se conocen en fiestas, boliches y cafés parecen ser diseñadores gráficos, arquitectos, fotógrafos de moda, o productores publicitarios o de cortometrajes. Su influencia comienza a percibirse más allá de las fronteras de Tailandia.
Las películas de arte de directores como Pen-ek Ratanaruang y Apichatpong Weerasethakul son muy aclamadas y ganan premios en festivales internacionales. Se dice que Tony Haa, estrella de acción, es "el próximo Jackie Chan". Asimismo, la publicidad tailandesa es considerada la más innovadora de Asia.
También se destacan el diseño y la arquitectura que surgen a partir de mediados de la década del 90, cuando un rascacielos construido con la apariencia de un elefante blanco era el símbolo de la ciudad capital. Hoy, una nueva generación más sutil de arquitectos de vanguardia logró la publicación y difusión de seis revistas de diseño en tailandés.
Pero el centro de todo este movimiento innovador sigue siendo Bangkok, especialmente el pasaje Soi Thonglor. Allí se encuentran casas de diseño que ofrecen las marcas Flos, Cappellini y Kartell.
Moda exclusiva
En un extremo de Thonglor, está la calle Sukhumvit, flanqueada por las tiendas más elegantes de Bangkok; y en el otro, un puñado de locales modestos -una heladería, dos restaurantes, un club, una librería de libros de arte y una mueblería - en torno de dos plazoletas. En el medio se encuentran algunas de las residencias más caras de Bangkok.
"Hace un año, lo único que había eran boutiques que se dedicaban a vender trajes para casamiento, pero hoy se transformó en una extravagancia de la moda", comenta Joshua Phillips, una joven estadounidense de 23 años que dirige el sitio de compras on line BangkokRecorder.com. Opina que la zona crecerá aún más debido al valor elevado de las propiedades, lo que atrae a la alta sociedad tailandesa, que, a su vez, necesita sitios en los que pueda gastar su dinero.
Para satisfacer esta demanda se inauguraron centros de compras como el Playground!, de tres pisos, que según su constructor, Thongschai Busrapan, sigue el estilo del Colette de París.
Además de locales que venden afamadas marcas internacionales, en el último nivel hay dos restaurantes, una galería de arte y un auditorio. En la planta baja están Starbucks y Au Bon Pain, lugares de encuentro de arquitectos y diseñadores gráficos.
Playground! y Soi Thonglor son una muestra fiel de la nueva atención de Bangkok al diseño y la creatividad. Los bares y clubes oscuros y baratos de la Royal City Avenue se transformaron en espacios llenos de vida y originalidad.
Pero la revolución creativa de Bangkok no sólo se da en los centros comerciales. En las ferias es posible encontrar bares muy coloridos y excelentes puestos. Son tantas las máquinas de café exprés que hay en la ciudad que tiene bien merecido que la llamen la Venecia del Este. En el piso 23 de las Emporium Towers de la calle Sukhumvi, podrá hallar un equipo de arquitectos, curadores, diseñadores gráficos y el ocasional ex video jockey de MTV, en el Centro de la Creatividad y el Diseño de Tailandia, una combinación de oficina, librería y café literario que esperan que se convierta en el lugar favorito de la clase creativa de Bangkok.
Según Paravi Wongchirachai, director del centro de diseño, no se trata de una occidentalización; los tailandeses vienen incorporando culturas y tradiciones foráneas hace siglos.
Por ejemplo, en arquitectura, lo que se considera tradicionalmente tailandés como el palacio real, es una construcción del siglo XIV en estilo khmer, recreada por artesanos italianos del siglo XIX. El énfasis reciente que se da al arte y la arquitectura tiene su explicación, según los tailandeses: la crisis económica de fines de los años 90, que impidió a los jóvenes estudiar en el extranjero y dio cabida a una nueva generación de profesionales del diseño.
La inauguración de Bed -inspirado en el local de Miami-, hace tres años, es vista por muchos como el comienzo de esta corriente innovadora tailandesa.
Bangkok es ahora la nueva sede del restaurante japonés Koi, repleto de celebridades, que se inauguró en Los Angeles y hace poco abrió una sucursal en Nueva York. Cuando se abra el Centro de Creatividad y Diseño, se podrá acceder a Material ConneXion, una biblioteca de materiales para diseño y construcción en Nueva York, Colonia y Milán.
Todo esto quiere decir que la Bangkok que vemos ahora es la que debemos conservar en la memoria, ya que dentro de unos años podría ser reemplazada por otra ciudad completamente distinta.
Traducción: Andrea Arko
Datos útiles
Cómo llegar
En avión, desde US$ 1590, sin impuestos ni tasas. Los vuelos son vía Europa, Sudáfrica o Asia.
Dónde parar
Hay lujosos hoteles con precios de entre US$ 100 y 200. La principal zona de hoteles económicos es Banglampoo, que suele ser visitada por mochileros.
Cuándo ir
Abril es el mes más caluroso y octubre es época de lluvias. Las temperaturas más agradables se registran de noviembre a febrero.