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 • HISTORICO

La vitrina de los tíos exploradores




Sirven los suvenires para evocar lugares, aventuras y gente que se cruzó en el camino. El verdadero viaje, escribió Marcel Proust, es el que se hace en la memoria. Lo tangible puede ayudar a reconstruirla.
La primera vitrina viajera de mi infancia fue la de mis tíos abuelos, seres encantadores que tuvieron la suerte de recorrer muchos países. Traían noticias del mundo y un par de objetos de cada lugar. No eran regalos para nosotros, sino para ellos. Los atesoraban detrás del vidrio, en un mueble cuya luz encendían muy de vez en cuando. Aun en la penumbra de aquel living, esas chucherías , como solían llamarlos, nos hacían viajar a los más chicos. Muñequitos de Yugoslavia, una lámina dorada de Nepal, dragones de China, bailarines suizos en una tela brillante, ceniceros de cristal que sacaron a escondidas de Checoslovaquia. Me encantaba escuchar sus historias y que dijeran de ellos que eran personas con mucho mundo.
Esa definición ha quedado en desuso, tal vez porque más gente viaja en estos tiempos y las distancias parecen haberse acortado. Pero ellos fueron para mí los primeros exploradores, aunque se tratara de un matrimonio, entonces sexagenario, que contrataba los circuitos en agencias de turismo y se manejaba en las ciudades con guías en español.
Mi tía, Coco, tiene hoy 94 años. No sólo me llama el día previo de todos mis cumpleaños ("por si mañana me olvido"), sino más seguido, para que le cuente especialmente de mis viajes. Es la persona que más detalles pregunta y más se emociona. Ahora me habla desde una residencia de adultos mayores, donde se mudó a principios de este año. Su departamento está en alquiler. Esta semana me preguntó, además, si sabía algo de sus chucherías. No se trata de los objetos de Homero ni Marco Polo, sino suvenires que compraron mayormente en negocios turísticos y aeropuertos. Pero son sus reliquias personales y ahora nadie sabe qué hacer con ellas.
"Igual, no valen nada", aclaró con su buen ánimo de siempre. No la dejan beber ni fumar su cigarrillo del día cuando juega al solitario, pero mantiene un sentido del humor envidiable. "Esta familia que me tocó... Tira tantas cosas, que cuando viene a visitarme me agarro de algo para que no me tiren", bromea.
Le pregunté si quería que le rescatara algunos suvenires, tal vez las mamushkas que tanto nos gustaban o unos colgantes del primer viaje que hicieron, allá por 1980, a Inglaterra. Pero me respondió que no. Dijo, literalmente, que su nueva casa es la última estación. Siempre le gustaron las metáforas al paso casi tanto como las palabras cruzadas. Sólo guarda una foto de sus viajes, en Playa del Carmen, donde sonríe junto a mi tío, el Gordo Sitzer. Lucen bronceados y divertidos en el portarretratos que cambió de mesita de luz. México fue su último destino, hace más de una década, cuando dejó de sumar millas porque luego, ya sola, no quiso volver a viajar.
"Si la encontrás, me gustaría que guardes una campanita que estaba junto a la puerta, que trajimos de Japón, algo muy típico de allá." Le pregunté por qué ese suvenir, qué significaba, si tenía alguna anécdota en particular. Pero dijo que no me escuchaba bien y me cortó.
"Tuvimos la suerte de viajar", repetía mi tío, que era dentista; trabajó duro hasta cumplir 60 y compró entonces su primer pasaje de larga distancia. Tengo un único regalo de sus recorridos: un sombrero que nunca uso. Me quedó con los años, en esos pases de manos familiares. No solían cargarse de regalos y yo no recuerdo molestarme por eso. Generosos en todo sentido, los viajes eran por y para ellos. Mostraban las fotos, pero la vitrina se encendía especialmente cuando se iban las visitas y se tomaban un vermut junto a la estufa del living.

ENTRETENIMIENTODE A BORDO

  • Asientos XL. Samoa Air incorporará butacas extra grandes para personas que pesen más de 130 kilogramos. La aerolínea fue la primera en el mundo en cobrar a los pasajeros tarifas variables según su peso.
  • ¿Amor a bordo? KLM lanzó su programa Meet & Seat, pensado para contactar a los pasajeros con otros del mismo vuelo, con el fin de elegir asientos compartidos o tomar un café antes de partir. El vínculo es a través de perfiles de Facebook o LinkedIn.
  • PayPal Galactic. El servicio PayPal estudia modos de pago más allá del planeta, para cuando se desarrolle el turismo espacial. Lo hace en colaboración con el instituto de búsqueda de inteligencia extraterrestre SETI y la Sociedad para el Turismo Espacial.

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