Llegan las low cost y la ilusión de los pasajes baratos

¿Pasajes en avión a Chile por 70 dólares y a Barcelona por 300 euros?

En las últimas semanas el término lowcost se instaló definitivamente en el vocabulario de los viajeros frecuentes, ocasionales y hasta aspiracionales. La Argentina y la región viven una revolución aerocomercial tardía, (un par de décadas después que en Estado Unidos y Europa) con nuevas aerolíneas de cabotaje y otras de afuera que llegan en bandada.

Pero no todas las aerolíneas nuevas son lowcost. Y por otro lado, los pasajes que venden las compañías que enarbolan la bandera del bajo costo como modelo de negocio no siempre resultan más baratos que los de las líneas tradicionales, ni se adaptan a todas las necesidades. Aunque las promociones sean efectistas y rimbombantes.

Al final, lowcost es una etiqueta que se adjudican las mismas aerolíneas, en muchos casos como estrategia de marketing, que no se certifica con una norma IRAM.

En la mayoría de los casos, aunque con muchísimas variantes (casi tantas como las aerolíneas existentes) el término remite a compañías con una flota simple, sin diversidad de aviones, estructuras operacionales sencillas y eficientes, con bajos costos operativos. Los vuelos son punto a punto, sin conexiones y con poco tiempo de permanencia en los aeropuertos. Tampoco ofrecen asientos business, salones VIP ni programas de pasajeros frecuentes. Otro detalle es que suele haber menos espacio para las piernas, porque se configuran aviones con más asientos.

Aunque la particularidad más tangible para los pasajeros es que cobran por todos los servicios que ofrecen, que usualmente venían incluidos en el pasaje. El más conocido es por despachar la valija a bodega, aunque también se suele cobrar por elegir asiento, por la comida abordo, por cambio de fecha, por no hacer el web check in, por asistencia a personas con movilidad reducida y la lista sigue, cada vez más nutrida de nuevas prestaciones. ¡Algunas cobran hasta por subir con un carryon al avión!

Por supuesto, estos servicios se pagan sólo si se utilizan, aunque a veces son indispensables.

Y entonces, claro, los pasajes son en general más económicos por el ticket solamente, sin contar los extras. Estas compañías también son famosas por rematar pasajes a precios irrisorios cuando los aviones registran baja ocupación, algo que por el momento no se podrá hacer en la Argentina en vuelos domésticos.

Los pasajeros, en estos casos, deben entrenarse para volar lowcost, leer la letra chica con cuatro ojos y hacer los deberes puntillosamente para no caer en los pagos adicionales de manera involuntaria, que hasta paradójicamente pueden ser más caros que el precio del mismo pasaje.

Las lowcost nacieron en Estados Unidos, pero fue en Europa, con la desregulación del mercado aéreo en la década del 90, que se consolidaron como una opción supereconómica para volar, incluso con mejores tarifas que el transporte terrestre.

Con la irlandesa Ryan Air quizás como modelo radicalizado, consiguen estar en boca de los viajeros por los precios escandalosamente baratos de los pasajes. Por ejemplo, un vuelo de Madrid a Tánger, Marruecos, Ryan Air lo comercializa a 15 euros, como tarifa mínima cada tramo. Con un poco de suerte, si se hace clic en el momento de una promo de último minuto, hasta se podría embarcar por dos euros.

Aunque se habían mantenido alejadas de nuestro cielos, ahora las compañías lowcost aterrizaron en la Argentina. Como la chilena SKY, que a mediados de marzo dio un volantazo y redefinió su estrategia hacia el universo lowcost.

"En vez de buscar la diferenciación con nuestra competencia preferimos ir por la especialización, atender a un tipo de cliente y simplificar la estructura comercial. Las lowcost son de alta calidad, porque la calidad es la menor desviación posible del estándar", comenta desde Chile Holger Paulmann, CEO de SKY. La empresa atiende el mercado interno de Chile y ofrece vuelos desde Santiago a Buenos Aires, Córdoba y Mendoza. También llega a Lima y Montevideo, siempre en vuelos de corto alcance con una flota de Airbus 320.

Y como fiel representante del modelo cobran por todos los servicios: "Hace muy poco que empezamos a cobrar por despachar la valija, todavía no tenemos estadísticas, pero habitualmente el 40% de nuestros pasajeros no mandaba equipaje a la bodega, así que por qué tendrían que pagar por algo que no utilizan", se pregunta Paulmann.

SKY tiene proyectado para el año próximo cobrar a los que llegan al aeropuerto sin tener hecho el web check in.

Justamente, durante la semana última, ofrecían pasajes por 35 dólares por tramo, sin tasas e impuestos, entre Buenos Aires y Santiago. Cuando se hace la suma final con las tasas y se agregan los 16 dólares de la valija (32, ida y vuelta) el pasaje cuesta 205 dólares. Precio similar a la tarifa más económica que publica Latam en esa misma ruta para volar en junio, con todos los servicios incluidos.

"No somos el ciento por ciento de las veces más económicos que la competencia, siempre recomiendo a los pasajeros buscar tarifas, pero puedo asegurar que entre el 75 y el 80 por ciento de las veces ofrecemos pasajes más económicos", agrega.

Level es la otra aerolínea que agitó el mercado con su presentación en sociedad hace dos semanas con promociones imbatibles entre Buenos Aires y Barcelona... que se agotaron en un abrir y cerrar de ojos.

Representantes de la aerolínea aseguraron que vendieron 52.000 pasajes en las rutas que operarán en menos de 24 horas.

Level es la flamante aerolínea de bajo costo para vuelos de largo alcance de International Airlines Group (IAG), dueños de Iberia y British, que comenzará sus operaciones en junio con base en Barcelona, a diferentes ciudades de América, pero ya inició la venta de pasajes.

El precio de la gran oferta lanzamiento fue de 149 euros por tramo a Buenos Aires. Ahora, un vuelo por Level cuesta en promedio 800 euros, de ida y vuelta para viajar en noviembre. Tentador, claro, pero como se sabe el vuelo a Barcelona dura cerca de 13 horas y se necesitan algunos servicios que tal vez se pueden prescindir en un viaje de dos horas. ¿Se pretende pasillo o ventanilla? 30 euros por tramo. Elegir los asientos del medio cuesta 15 euros, sino se asignan al azar. Ir a Europa sólo con equipaje de mano es casi impensando: 40 euros por tramo por despachar la valija. ¿Y comer? 35 euros por tramo. En total los extras básicos, sin ningún lujo, suman 210 euros y dejan la tarifa final sobre los 1010 euros, (1078 dólares). Y la mantita para paliar el frío polar de los vuelos tampoco está incluida. La comercializarán abordo.

El vuelo Buenos Aires-Barcelona, también en noviembre, por Aerolíneas Argentinas se puede conseguir desde $ 17.668 (US$ 1125), si se compra con anticipación, una diferencia mínima.

Norwegian es la otra aerolínea europea de bajo costo que pide pista en la Argentina. Según consigna El País de Madrid, el martes último Bjorn Kjos, presidente de la aerolínea noruega anunció que están gestionando los permisos para viajar a Buenos Aires desde una serie de ciudades europeas, incluida Barcelona, y también quieren operar frecuencias domésticas en la Argentina. Se presentarán a la próxima audiencia pública en mayo y planean crear una filial argentina de la compañía.

Otra lowcost que aterrizó en Buenos Aires a principios de marzo es la brasileña Azul, con un vuelo diario entre Belo Horizonte y Buenos Aires, que se consigue por 6000 pesos y un vuelo a Bariloche durante el invierno. La empresa cuenta con una flota de 124 aeronaves y realiza 784 vuelos diarios a más de 100 destinos de Brasil e internacionales.

La Argentina es de los pocos países de la región donde todavía no operan aerolíneas de bajo costo en el mercado de cabotaje, aunque con la audiencia pública de diciembre pasado para el ingreso de nuevas aerolíneas ya se están dando los primeros pasos.

De las aerolíneas que se presentaron (Andes, American Jet, Alas del Sur, Avian y Flybondi) para operar el mercado doméstico sólo Flybondi se autodefine como lowcost, con un modelo que imita a las aerolíneas europeas y con anuncios ruidosos de pasajes por 10 pesos, aunque todavía debe presentar los contratos de la compras de aviones para tener la aprobación de las rutas solicitadas.

En este contexto de auge lowcost Latam anunció a fines del 2016 que va hacia un paradigma de bajo costo donde cobrará extra por los servicios que actualmente ofrece sin cargo en la operación doméstica y que las tarifas serían hasta 20% más baratas.

"No vamos a ser una aerolínea lowcost sino a aplicar un modelo de esas características en los seis mercados que opera Latam (Argentina, Colombia, Brasil, Chile, Perú y Ecuador) en vuelos internos. Tenemos que adaptarnos para ser más competitivos, siguiendo la tendencia mundial", explica Lucila Maldonado, gerente de Comunicaciones de Latam Argentina.

"En los vuelos domésticos de Argentina comenzaremos a cobrar por la comida en junio y para el año que viene se estima que se cobrará por despachar la valija y elegir asiento", agrega.

Aunque cobrarán por la comida, un servicio antes gratuito, por ahora, no programaron reducciones en las tarifas.

De todas maneras el modelo europeo de tarifas absurdas, casi regaladas, por el momento no se puede replicar en la Argentina porque la ley marca bandas tarifarias mínimas vigentes, debajo de la cual no se permite vender pasajes y que desde el Gobierno ya confirmaron que no modificarán. Aunque, claro, con el tiempo, la inflación y sin actualización, esas tarifas se licúan.

La Argentina recién intenta carretear en el mundo lowcost, pero muchos países de América ya ofrecen vuelos de bajo costo en sus servicios domésticos desde hace unos años.

Además de SKY en Chile y Azul, en Brasil también hay ejemplos en Colombia y Perú. A VivaColombia, que forma parte del grupo de Ryan Air y vuela en el mercado interno y el exterior desde hace cinco años, se sumó en diciembre Wingo, otra lowcost del grupo de Copa, también con vuelos por el interior y al exterior de Colombia.

En Perú está próxima a despegar Viva Air Perú (hermana de Viva Colombia y de Viva Aerobus, en México) con dos aviones para atender el mercado doméstico. Comenzará las operaciones el 9 de mayo a siete destinos locales. Los pasajes ya están en venta.

Llegan las lowcost y con ellas un nuevo trabajo para los viajeros: armar el pasaje como las piezas de un rompecabezas. Y la ilusión siempre latente de que, por fin, volar sea accesible para todos.

SKY, de Chile. Con vuelos de Santiago a Mendoza, Córdoba y Buenos Aires.

Level, de Europa. Comenzará a volar en junio (ya vende pasajes) la ruta Barcelona-Buenos Aires.

Azul, de Brasil. Vuela a diario entre Belo Horizonte y Buenos Aires y en el invierno sumará Bariloche.

Norwegian. Una de las referentes del bajo costo, promete vuelos desde diferentes ciudades europeas a Buenos Aires y también en el mercado doméstico.

Flybondi. Quiere ser la primera low cost del mercado de cabotaje. Se presentó a la audiencia pública, aunque todavía debe presentar los contratos de compra de aviones.