Aquí se aprecia la medieval costumbre alemana del árbol de Navidad
MUNICH (The New York Times).- Vengan a Alemania en diciembre y creerán estar en el país que inventó la Navidad. En cierto modo, habrán acertado. Después de todo, el árbol navideño deriva de una costumbre medieval alemana: colgar en la casa ramas de hojas perennes adornadas con manzanas y salchichas. Nuestra imagen de Santa Claus nació, en gran parte, de la pluma de Thomas Nast, caricaturista político del siglo XIX nacido en Landau (Renania-Palatinado). Una de las tradiciones germanas más cautivantes, que aún perdura, es el Mercado Navideño. Son ferias al aire libre con puestos rebosantes de adornos, juguetes y panes de jengibre, bajo una brisa invernal que huele a salchichas chisporroteantes y vino caliente con azúcar y especias. Las ciudades alemanas compiten por ver cuál posee el Mercado Navideño más encantador y, sin duda, Munich está entre las primeras. Aquí, la Navidad también es una época musical. Por estos días, siempre interpretan el famoso Oratorio , de Bach, y en las iglesias resuenan los villancicos.
Por supuesto, en Munich hay algo más que paisajes, sonidos y aromas navideños. La ciudad posee algunos de los mejores museos de Europa. El viejo barrio bohemio de Schwabling, y otros no menos pintorescos, invitan a explorarlos. Cuando empieza a nevar, tenemos los centros de esquí alpinos en los umbrales de la ciudad.
Pasada la Navidad, Munich se vuelca prontamente a otros festejos muy diferentes: el alborozo estridente y excitante del Fasching, el Carnaval bávaro que, en 1999, comenzará oficialmente el 7 de enero para concluir el 16 de febrero, víspera del Miércoles de Ceniza. Ese día, las feriantes del Viktualienmarkt -la gran feria municipal- bailan su tradicional Faschingtanz.
Una rápida caminata por la zona céntrica nos conducirá a algunas de las mejores iglesias muniquesas de estilo rococó.
La primera en esplendor es Asamkirche, en Sendlingerstrasse; oficialmente consagrada a San Juan Nepomuceno, el mártir checo del siglo XIV, debe su nombre a los hermanos Asam, grandes arquitectos y escultores del rococó bávaro. Conviene visitarla por la mañana, cuando la luz entra a raudales por el enorme ventanal de la fachada y su interior estalla en todo su esplendor decorativo.
La Peterskirche, la iglesia más antigua de Munich, contiene un magnífico altar rococó y esculturas del mismo estilo. Un andamiaje oculta su parte alta, mientras se reconstruyen los frescos de Johann Baptist Zimmermann, artista del siglo XVIII, que ornamentaron el cielo raso hasta su destrucción en la Segunda Guerra Mundial. La entrada es gratuita. La cercana Heiliggeistskirche o iglesia del Espíritu Santo completa esta trinidad de magníficos templos rococó.
A pasos de ella y de la Peterskirche está el Spielzeugmuseum o Museo del Juguete; ocupa varios pisos de una torre del Altes Rathaus o Ayuntamiento Viejo intercomunicados por una escalera angosta, casi de caracol. Allí se exhibe una deliciosa colección de juguetes de los siglos XIX y XX: figuras talladas en madera, muñecos Popeye de cuerda y Barbie de todas las generaciones, desde la primera, allá por los años 50. Entrada: 3 dólares; niños, 60 centavos. Informes: 271-1969. Prefijos: 49-89.
El Deutsches Museum o Museo Alemán de Ciencia y Tecnología (1 Museumsinsel; 21791) es otro de esos lugares que fascinan por igual a jóvenes y viejos. Queda en una isla del río Isar y despliega centenares de objetos, muchos de ellos mecánicos, que nos ilustran respecto de la minería, siderurgia, ingeniería de puentes e informática. ¡Hasta presenciarán el montaje de un auto, con sólo oprimir un botón! Entrada: 6 dólares.
Escapada a los Alpes
Si deciden pasar una jornada esquiando en los Alpes, las grandes tiendas de indumentaria deportiva organizan excursiones. Sugerimos la de un día, en ómnibus, de Schuster Treffpunkt Sport (4 Rosenstrasse; 237-070); cuesta unos 42 dólares e incluye el pasaje en medios de elevación. Desde mediados de diciembre, el ferrocarril Bundesbahn (1308-5846) también ofrece excursiones de un día a Osterhofen, Garmisch-Partenkirchen y otros centros de esquí cercanos; el pasaje, ski pass incluido, cuesta entre 36 y 54 dólares.