Los que siempre van en busca de un nuevo dato sobre dónde comer buen asado cerca de Buenos Aires pueden anotar: ruta 5, km 71, Luján.
El sitio se llama Haras Don Antero y se define como "asador de campo". Es un predio de diez hectáreas donde efectivamente se puede comer al aire libre, en un quincho para 170 comensales o entre cuatro paredes. "Las achuras, el lechón y el cordero al asador son nuestro fuerte", admite o se jacta el dueño, Nelson Tisera, que hace poco más de un año concretó este proyecto después de una vida dedicada a ocupaciones más urbanas.
El programa comienza con un aperitivo, empanadas y tablas de los mejores fiambres de la zona, antes de llegar al asado. Y, por la tarde, hay merienda con tortas fritas y pastelitos. Pero las diez hectáreas rinden para bastante más que lo gastronómico. Y los más beneficiados son los más chicos: hay un equipo dedicado a su recreación, pileta, inflables, cancha de fútbol y mucho verde para correr por ahí sin mayores preocupaciones; incluso para cabalgar.
De fondo, unos cuantos animales pastan inalterables. Es que Tisera es criador de caballos de carrera (en el salón comedor se exhiben los clásicos cuadros con las fotos de premios conquistados).
Así, la jornada se extiende mucho más allá del almuerzo en sí. Los mayores pagan 90 pesos; los menores, 45. Se puede encontrar más información, un teléfono para reservas y un plano para llegar en www.harasdonantero.com.ar .
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