Paysandú, la ciudad heroica

Me detendré en cuatro sitios que se encuentran en la zona céntrica, que podemos conocer en unas horas, y nombran a esa ciudad que tiene un pasado de heroicidad, de ahí su mote. El Monumento a la Perpetuidad (el cementerio viejo) en la calle Montecaseros, entre Artigas y avenida Soriano, es una verdadera joya del arte funerario con obras de alto valor artístico, histórico y social -masónico-, donde sobresalen las realizaciones de Morelli, del Vecchio, Perezutti y Palermo. En su osario común yacieron por unos días los restos del general Leandro Gómez luego de su fusilamiento, el 2 de enero de 1865, y están enterrados allí los restos de sus primeros habitantes y muchos de los que participaron de la defensa de Paysandú. El teatro Progreso, inaugurado en 1876, en el que se interpretó el 12 de octubre de 1915 por primera vez la partitura completa de su himno, que refleja el heroísmo y donde se pusieron en escena las glorias y los dramas de la república.

La Basílica Menor, declarada así por resolución de Pío XII en 1949, que durante la defensa de 1864 y 1865 fue blanco de la artillería brasileña, obra de Bernardo y Francisco Poncini, sobresale por su altar mayor, obra de Carlos Pibernat; las pinturas y los frescos de Antonio Buscaglia, y el órgano romántico, que tiene 24 registros y tres teclados, más su artística caja de roble, que aloja 1750 tubos.

En la plaza Constitución, frente a la basílica, se encuentra el mausoleo al heroico defensor de esta ciudad, Leandro Gómez, inaugurado el 3 de enero de 1984. Y mientras recorremos y sentimos su pasado de gloria y heroísmo transitamos sus calles céntricas, donde la oferta hotelera, gastronómica y comercial es muy atrayente.