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 • HISTORICO

Ría adentro por Puerto Deseado

Además: Datos útiles




PUERTO DESEADO.- Quien come calafate, vuelve por más sentencia la leyenda patagónica. Aunque después de visitar Puerto Deseado, en Santa Cruz, el que probó sus corderos y mariscos seguramente no pierde las esperanzas de retornar a sus mesas.
En realidad no sólo hay atractivos para el estómago. Quienes persiguen la fauna silvestre con cámaras de fotos y de video se empachan con tomas a quemarropa de especies mansas y curiosas. Pingüinos magallánicos, esos que colonizan las costas patagónicas, anidan en lo que se puede llamar los suburbios de la pequeña ciudad, casi a la vista del puerto. Las toninas escoltan a cualquiera que sale a navegar en lancha o Zodiac. Lobos marinos, elefantes, varias especies de cormoranes y demás aves australes merodean las costas e islotes de lo que localmente se conoce como la ría .
La ría del Deseado no es más que una lengua del océano que penetra en la aridez patagónica en una pulseada con lo que alguna vez fue un caudaloso río. El río Deseado traía los deshielos de la cordillera y hoy es sólo un hilo de agua. El mar invadió su cauce más de 40 kilómetros tierra adentro. Sobre sus barrancas anidan las aves marinas y también se desparraman las casitas de chapa y piedra de una de las pocas localidades pesqueras de la República Argentina. Una localidad que alguna vez fue la cabecera de una línea férrea que debía llegar a la cordillera y más allá, al Pacífico.
Hoy Puerto Deseado es una pequeña ciudad marginada turísticamente debido a los paradójicos cambios en las comunicaciones que se dieron durante el siglo.
Ya no corre el ferrocarril y, a pesar de contar con dos aeródromos, sólo llega un vuelo de línea cada dos semanas. Para movilizarse a Río Gallegos, la capital provincial, hay que tomar la única línea de ómnibus, en sentido opuesto, hacia Comodoro Rivadavia en el Chubut para combinar con algún vuelo u otro ómnibus.
En el caso de la mayoría de las ciudades costeras de la Patagonia, la ruta nacional 3 es la arteria que conduce el flujo turístico desde el norte del país. Esa cinta asfáltica que llega hasta Tierra del Fuego pasa a las puertas de esas ciudades. En el caso de Puerto Deseado, la ruta corre a 125 kilómetros. Esa distancia se cubre en dos horas de pavimento, pero apabulla o, simplemente, mantiene oculta la posibilidad de conocer un puerto de la costa sudamericana donde echaron anclas casi todos los marinos de los libros de texto. Magallanes, Drake, Cavendish, podrían haber firmado el libro de visitantes.
En una travesía por tierra hacia Ushuaia o el Glaciar Perito Moreno desde Buenos Aires, por ejemplo, Puerto Deseado es una escala conveniente.
Un par de hoteles de categoría turística, muy agradables y con buenos precios, esperan en un ambiente de pueblo tranquilo.
Las localidades más pequeñas (cuando cuentan con hotelería para turismo) suelen ser alternativas aconsejables para hacer posta en los viajes largos: son más económicas, más seguras y su gente suele ser cordial.
Hoy día, también se ofrecen programas aéreos con circuitos patagónicos que incluyen la visita a Puerto Deseado, aunque no son los más comunes.

Para desembarcar

Una vez instalado en Deseado, se requiere no menos de un día para conocer sus encantos.
Es de rigor navegar por las aguas locales, ya sea en gomón o en una lancha cerrada.
Es posible solicitar también una navegación más profunda dentro de la ría, incluyendo varios desembarcos, siguiendo la ruta que alguna vez recorrió uno de sus visitantes más célebres: Charles Darwin.
Los más osados pueden coordinar con anticipación una visita a una isla cercana donde anidan pingüinos de penacho amarillo: la única colonia de la Argentina continental.
Una excursión más terrestre consiste en la visita en auto o camioneta al imponente faro de Cabo Blanco. Allí retozan mamíferos marinos en un paisaje de peñón rocoso, asomado a un mar de un tono azul profundo.
Sobre ese promontorio aún se encuentra apostado un destacamento de la Armada Nacional. Son algunas dependencias de ladrillo y techo de chapa acanalada, incluyendo un faro de color terracota, el mismo color de sus infinitos ladrillos centenarios que se apilan alrededor de una escalera caracol también infinita.
Una escenografía del siglo pasado que contrasta con la soledad de esas planicies y ese mar que se podría surcar en línea recta alrededor del planeta hasta chocar otra vez con la Patagonia austral.
Para los buscadores de estancias perdidas, el dato es La Madrugada. Una más de las famosas estancias turísticas de Santa Cruz, este establecimiento ovejero incluye en sus tierras una reserva faunística de la Fundación Vida Silvestre, el Cañadón del Duraznillo. Se pueden realizar visitas guiadas a una playa donde anidan varias especies de aves costeras, así como proliferan allí familias de lobos y elefantes marinos.
La despedida de Deseado no puede omitir, por lo menos, la visita a su famosa estación de ferrocarril. Este edificio histórico fue construido en piedra y se encuentra, por fin, en tareas de restauración.
No es común encontrar en Santa Cruz o Tierra del Fuego construcciones de piedra; simplemente la madera y las chapas acapararon las posibilidades de los primeros pobladores.
Llama la atención encontrar piedra o ladrillo a la vista, como en el faro de Cabo Blanco o en el frigorífico Swift de San Julián, otro viejo pueblo santacruceño.
Esa piedra entre amarilla y rosa es más propia de Jerusalén que de Puerto Deseado o Bajo Caracoles, un caserío santacruceño microscópico y estratégico a la vez ya que cuenta con un surtidor de combustible y un hotel de campaña.
Ese hotel, precisamente, fue construido en los años cuarenta con esa misma piedra áspera del color del atardecer.

Cordero casero

¿Qué se puede decir de la comida local: el cordero o a veces capón, más adulto y quizá más sabroso? No hay comparación entre comerlo en un restaurante y tener la oportunidad de saborearlo en una casa particular.
O mucho mejor aún, en una estancia o un puesto de campo.
Ver la carne clavada en una estaca desde temprano (asado al palo), mientras un hombre de campo alimenta el fuego con leña de modo que la cocción sea lenta, el mate corriendo su ronda seguido de cerca por los vasos de vino, el aroma del cordero, el viento golpeando la cara, el silencio crónico, se combinan para ejercitar todos los sentidos y dejar un recuerdo perdurable.
La observación contraria puede hacerse al pensar en los pescados y los mariscos: en vieiras y centollas o, al menos, de kani kama, el sucedáneo de la centolla elaborado en una planta local para su distribución al país y el extranjero. Se puede disfrutar de esos platos en los restaurantes locales.
Más aún, una cena en El Viejo Marino, una fonda en el primer piso de una casa, puede hacer sentir al viajero en Génova o Rotterdam, compartiendo el lugar con la tripulación exótica de algún barco pesquero.
Sergio Zagier

Datos útiles

Cómo llegar

  • En avión, por LAPA a Comodoro Rivadavia. Diez vuelos semanales. El pasaje cuesta 234 pesos.
Movilidad

Movilidad

  • Desde Comodoro Rivadavia: Patagonia Sur Car, alquiler de autos, con 150 kilómetros libres por día, desde 50 hasta 253 pesos diarios. En 4x4 o combis.
  • A Camarones desde Buenos Aires: Puntual, Don Dotto y Costera Criolla, 85 pesos.
Dónde alojarse

Dónde alojarse

  • En Comodoro Rivadavia: Comodoro Hotel, habitación doble 106 pesos y simple, 79. Austral Hotel, desde 108 a 210, y Austral Plaza, de 135 a 220 la suite.
  • En Camarones: Cabañas Bahía del Ensueño, desde 70 pesos por persona.
  • En Sarmiento: Hotel Los Lagos, 30 pesos por persona.
  • En Puerto Deseado, Hotel Los Acantilados, habitación doble, 50 y 70 pesos. Residenciales Sur: 40; Los Olmos, 50.

Dónde comer

  • En Comodoro: La Tradición y La Posada Náutica, pejerrey y cordero.
  • En Camarones: Kau-ikeukenk, mariscos y salmón.
  • En Sarmiento: Parrilla Carlitos, variedad de carnes y buenos vinos.
  • En Puerto Deseado: El Viejo Marino, rabas, mariscos; El Pingüino, carnes rojas; El Galeón, parrilla y pescados.

Excursiones

  • Aonik´enk Viajes, en Comodoro Rivadavia, (097) 466768 ó 476349.
  • Los Vikingos, en Puerto Deseado, (068)-245-141.

Más información

  • Dirección de Turismo en Comodoro Rivadavia,(097) 462376.
  • Camarones: (097)963040.
  • Sarmiento: 898220.
  • Casa de la Provincia de Santa Cruz: Suipacha 120, 325-3098/3102.
  • En Puerto Deseado: profusa y vistosa información puede obtenerse escribiendo a la Dirección Municipal de Turismo. O en Buenos Aires, contactando a Lorena Prieto, delegada de Puerto Deseado en la Casa de Santa Cruz (325-3098).

Souvenirs

  • Los souvenirs del Sur se llevan en la memoria y en el estómago: los mariscos, los mejores.

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