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 • HISTORICO

San Francisco de Asís abre las puertas a miles de peregrinos

La basílica es el segundo templo más visitado de Italia




ASIS, Italia.- A las 4 de la mañana, todos los días 47 frailes se levantan a orar y, dos horas y media después, abren las puertas de la basílica de San Francisco de Asís.
Fueron necesarios casi 40 millones de dólares (reunidos por el gobierno italiano, diversos países de Europa y la Unesco) y 800 días de trabajo para realizar una de las restauraciones más complejas de la historia, con objeto de reconstruir el patrimonio artístico de esta iglesia medieval, parcialmente destruido por los dos violentos sismos que asolaron Asís en la región de Umbría.
Después de la basílica de San Pedro, en Roma, éste es el segundo templo religioso más visitado de Italia, un dato que se agiganta, teniendo en cuenta que la pequeña ciudad de Asís, con sus 25 mil habitantes, no se encuentra entre los grandes centros turísticos de la tierra del Dante. Varios miles de peregrinos y curiosos llegados anualmente de distintas partes del mundo recorren las silenciosas salas de esta famosa iglesia franciscana.
Dos son los motivos principales para que Asís sea un fenómeno inusual: el más importante es -naturalmente- el hecho de que en ella se encuentre la cripta que guarda los despojos de aquel ilustre y austero ciudadano que, en un acto de fe irrenunciable, abrazó la pobreza ascética y fundó la llamada Orden de los Frailes Menores en abierta oposición a la opulencia del clero de aquella época. El segundo reside en que las paredes del templo son el soporte de algunos de los mejores frescos del prerrenacimiento italiano. Angelo di Bondone (el Giotto), Giovanni Cimabue, Simone Martini y Pietro Lorenzatti decoraron con sus pinceles más de 2000 metros cuadrados de los muros de la iglesia, transformándolos en uno de los tesoros pictóricos religiosos más importantes del mundo.
La histórica ciudad fortificada de Asís (donde aún es posible observar largos tramos del acueducto romano) se encuentra a sólo 160 kilómetros de Roma, y apenas se la divisa desde la ruta, sobresale la imponencia de sus murallones y, más arriba, en la cima misma del monte Subasio, aparece la vieja fortaleza de La Roca, que se yergue con aire imbatible como en el Medievo, cuando estaba a cargo de la seguridad de los súbditos.
Hay mucha historia acumulada en esta pintoresca Asís, construida sin fecha precisa en estas estribaciones pobladas de olivares y bosques de fuertes robles. Papas, reyes, civiles y militares, famosos y desconocidos, humildes y ricos, han peregrinado para rezar en los altares de San Francisco de Asís.
Las leyendas históricas sobre su fundación son múltiples. Pero se presume su antigüedad porque entre otros legados romanos ha quedado allí un templo de Minerva, el foro, un anfiteatro y largas murallas. Sí se sabe que se constituyó en ciudad-Estado en 1198 (lo que la hace una de las comunas más viejas de Italia, con estatutos que se remontan a los inicios del siglo XVIII) con un comercio desarrollado sobre la base de las artesanías.
Por entonces, Pietro di Bernardone era un próspero comerciante en telas. Su hijo Francesco, nacido en 1182, fue hecho prisionero de guerra en una de las batallas contra Perusa. Un año de soledad y penurias en oscuros calabozos, hicieron que aquel joven de 20 años, luego de reflexionar sobre la incertidumbre de la riqueza, tomara los hábitos para combatir tres pecados capitales: la soberbia, la avaricia y la lujuria. San Francisco de Asís murió a los 44 años, después de fundar con Santa Clara, en 1209, la orden femenina.

Tiempos medievales

Paz y bondad es el saludo de bienvenida que reciben los viajeros luego de trasponer la torre de entrada de esta ciudad-fortaleza, poblada por numerosos palacios y casas de pesadas piedras, edificadas al borde de angostas callecitas que desembocan en la plaza de la Comuna, rodeada por el Palacio dei Priori, del Capitano dei Pópolo y por el templo romano de Minerva. Más arriba se encuentra la fortaleza Maggiore y el espectáculo panorámico de la extensa campiña de Umbría. Sobre la llamada colina del Paraíso se encuentra la basílica, cuya piedra fundacional fue puesta por el papa Gregorio IX el 16 de julio de 1227. Ese es el tesoro más preciado de la Comuna, porque los muros del templo reúnen una verdadera antología pictórica, catalogada como una de las más importantes del mundo. Hay 28 frescos de Giotto pintados entre 1297 y 1300, pero el terremoto destruyó en 120.000 pedazos el fresco de San Mateo pintado por Ciamabue, ahora perdido para siempre.
Once muertos dentro de la basílica, entre frailes y autoridades que evaluaban los daños del primer cimbronazo; 1320 toneladas de escombros y la desesperación posterior por conseguir suficientes artistas y restauradores, llevó años de esfuerzo y trabajo para ordenar este rompecabezas de pinturas sepultadas por el polvo del desastre. Del techo de la cripta donde descansan los restos del santo cuelga una lámpara votiva cuyo aceite es cambiado cada 4 de octubre por cada una de las regiones de Italia. Es la honra que reciben el santo y sus cuatro entrañables compañeros: los frailes Rufino, Angelo, Masse y Leone que reposan en simples ataúdes de cobre al lado de su gran amigo: San Francisco de Asís.

Datos útiles

Cómo llegar: el pasaje aéreo a Roma, ida y vuelta, cuesta desde 1000 dólares, con tasas e impuestos.
Asís está a 160 kilómetros de Roma y se puede llegar en automóvil, tren o micro. Los pequeños ómnibus panorámicos de la línea B, llamados por los italianos Pullmino, recorren íntegramente el casco histórico de la ciudad con paradas en los puntos más importantes. El pasaje cuesta 1 dólar.
La basílica: abre las puertas al público entre las 6.30 y las 19. La entrada es gratuita para recorrer las dos iglesias superpuestas que componen el gran templo.
Alojamiento: la ciudad cuenta con 13 hoteles de distinta categoría. Una habitación en uno de categoría superior cuesta alrededor de 180 dólares, uno de categoría media, desde 100 dólares, y un hotel económico ronda los 60 dólares.
Gastronomía: las comidas en un restaurante de mediana categoría oscilan entre los 8 y 12 dólares por persona y los platos más solicitados son el carpaccio de funghi porcini, el ganso relleno o el entrecote con trufas. La atención es muy informal y con excelente trato al turista.
Souvenirs: entre las artesanías locales se puede conseguir un crucifijo dorado típico de Asís, y las prendas de vestir realizadas con el llamado punto Asís, copiado por los artistas de la mortaja del santo.
Más información: Ente Nacional Italiano de Turismo (ENIT), Avda. Córdoba 345. Atención de lunes a viernes, de 10 a 12 y de 15 a 17. Teléfono: 4311-3542.
En Internet:
Carlos Manuel Couto

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