¿Cómo ayudar a alguien con depresión?
Para poder acompañar a un familiar o a un amigo con depresión, es clave estar atentos a las señales y alentarlo a consultar a un profesional
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Muchas veces escuchamos a un amigo o familiar decir “me siento deprimido” o “estoy mal, sin ganas de nada”. Sin embargo, detectar cuándo esa depresión constituye realmente un padecimiento de la salud mental no es fácil. La idea de que siempre hay que estar bien, el prejuicio de que consultar a un psiquiatra es “cosa de locos” o la falsa creencia de que alguien que tiene todo no puede sufrir problemas emocionales, hacen que, muchas veces, sea difícil para la persona pedir ayuda y, para su entorno, saber cómo poder brindársela.
“De una depresión no se sale solo. Se sale pidiendo ayuda y con el tratamiento adecuado que permita elaborar las situaciones que llevaron a que se desencadene la enfermedad”, subraya la psicóloga Ana María Plumari, miembro de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires. “Ayudar a alguien que está enfermo implica acompañar a la persona con nuestra presencia, con contención y sin exigencia, teniendo en cuenta que no dejan de hacer las cosas que antes hacían por falta de voluntad, sino porque ya no pueden hacerlas”, agrega Plumari. Se trata de una patología compleja, crónica y recurrente, que afecta a 300 millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
¿A qué señales debemos estar atentos?
No hay una única señal ni debe asociarse solo a la sensación de tristeza: la depresión produce un cambio en las personas que se manifiesta de diferentes formas. “Debemos prestar atención cuando alguien que antes era activo y alegre, de pronto está mal y angustiado, llora y duerme más o no puede concretar las tareas de su trabajo o las que realizaba cotidianamente”, detalla Plumari. Algunas de las señales son:
- Dificultad de concentración y una disminución de la capacidad habitual para manejar las tareas diarias y mantener las conexiones sociales.
- Pensamientos negativos sobre uno mismo, muchas veces acompañados con ideas de muerte y en los casos más graves, con ideas o tentativas suicidas.
- Un fenómeno llamado anhedonia, que es la incapacidad para experimentar placer. Es la pérdida de interés y satisfacción en las actividades que normalmente se consideraban agradables.
- Dificultad para levantarse a la mañana.
- Perdida de distintos hábitos saludables.
- Dificultad para sostener las relaciones afectivas o vincularse con amigos.
Además, según la OMS pueden manifestarse síntomas como: pérdida de energía, cambios en el apetito, necesidad de dormir más o menos de lo normal, ansiedad, disminución de la concentración, indecisión, inquietud, sentimiento de inutilidad, culpabilidad o desesperanza; y pensamientos de autolesión o suicidio.
¿Qué podemos hacer?
Lo más importante es estar atentos a esta “nueva forma de personalidad” que surge en la persona con depresión y que puede darse tal vez porque está atravesando un duelo, una situación familiar compleja, problemas en el trabajo o una ruptura amorosa. “Cuando notamos un cambio en alguien, debemos hablarlo y pedirle que consulte a un especialista, haciéndole hincapié en que se trata de una enfermedad que se puede afrontar con un tratamiento o con una medicación”, señala Plumari y explica que en caso de que la persona afectada se niegue a buscar ayuda profesional, lo hagamos nosotros mismos como un primer paso.
La OMS también aporta algunos consejos para quienes viven con alguien que tiene depresión:
- Decirle claramente a la persona que queremos ayudarla y escucharla, sin juzgarla.
- Animarla a buscar ayuda profesional cuando sea posible y ofrecerse a acompañarla a las citas médicas.
- Si le prescriben medicación, ayudarla a que la tome de la forma prescrita.
- Ayudarla con las tareas cotidianas y a que siga pautas regulares de alimentación y sueño.
- Animarla a hacer deporte regularmente y a participar en actividades sociales, sin insistir.
- Si la persona tiene tendencia a la autolesión, no dejarla sola y pedir ayuda a los servicios de emergencia o a un profesional sanitario en caso de ser necesario.
- Cuidarse a uno mismo y recordar que, aunque podemos ayudar, a veces puede ser frustrante. En este sentido, Plumari explica que una persona con depresión puede absorber la energía de quien lo acompaña porque demanda constantemente atención. “Cuidarse también a uno mismo es primordial, porque acompañar en estas circunstancias es difícil y se vuelve aún más complejo cuando la persona niega su situación”.
Dónde pedir ayuda
Asociación de Psicólogas y psicólogos de Buenos Aires (APBA): cuenta con el programa “APBA Asistencia” integrado por profesionales que brindan atención, asesoramiento y acompañamiento a quienes lo requieran y cobran honorarios institucionales. Podés solicitar una entrevista de admisión comunicándote al (011) 5883-0424 o enviado un correo electrónica a aplumari@hotmail.com
Asociación Argentina de Psiquiatras: podés encontrar un profesional experto en su web http://www.aap.org.ar o consultar vía telefónica al (011) 4331 5009.
Hospital Nacional en Red Especializado en Salud Mental y Adicciones “Lic. Laura Bonaparte”: cuenta con un Comité de Emergencia que realiza entrevistas telefónicas para asesoramiento y contención de personas atendido por profesiones de salud mental; Tel.: (011) 4305-0091 al 96, interno 2106. La primera consulta gratuita es por demanda espontánea presentándose sin turno de lunes a viernes 8 a 18 en Combate de los Pozos 2133, CABA.
Salud Mental responde Hospital José T. Borda: brinda orientación telefónica de forma confidencial a personas de CABA que requieran asistencia o acompañamiento de salud mental, Tel.: (011) 4360-6670.
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