Qué hizo y qué dijo Manu Ginóbili cuando estuvo de visita a la selección olímpica de básquetbol en Las Vegas

En México 2015, cuando la selección encabezada por Luis Scola, Andrés Nocioni y Facundo Campazzo procuraba el pasaje a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, apareció en una platea. Casi inadvertido: de “civil”, con una gorra negra y una remera negra, casi como un aficionado más. Era una semifinal contra el local, en un estadio hirviente. La Argentina logró el objetivo, los jugadores se saludaron con él y el año siguiente ese espectador fue protagonista, y se retiró del equipo nacional.

En China 2019, cuando ya disfrutaba un año de su retiro del deporte, voló miles de kilómetros y presenció la semifinal frente a Francia. Compartió una platea con Kobe Bryant y vivió intensamente el partido. Otro éxito celeste y blanco y medalla asegurada.

Las Vegas 2021. Sin competencia en marcha, pero en plena preparación para los Juegos Olímpicos de Tokio, el plantel argentino recibió al mismo visitante: Emanuel Ginóbili. Tuvo que viajar menos el bahiense esta vez; de San Antonio a la ciudad del juego hay 2100 kilómetros, dos horas y media de vuelo.

Con el perfil bajo de siempre, Manu pasó por el hotel que ocupaba la delegación. Comió con el plantel y el cuerpo técnico y habló con Sergio Hernández, el director técnico. Tras el cimbronazo del 80-108 a manos de Estados Unidos en el último amistoso, le dio ánimo a Leandro Bolmaro, el chico de Barcelona que tiene grandes chances de actuar en la próxima temporada en la NBA. “A mí, en el primer torneo que jugué [el preolímpico Puerto Rico 1999], me corrían de acá para allá como a un muñequito”, le comentó al cordobés de 20 años, patrimonio deportivo de Minnesota Timberwolves.

Eso ocurrió este miércoles. Y Ginóbili no se quedó un rato, nomás: al día siguiente, acompañado por el periodista Adrián Paenza, se dio una vuelta por Cox Pavilion, donde se entrenó el conjunto nacional. Llegó, conversó con Hernández y saludó a los basquetbolistas cuando fueron apareciendo después de entrenarse en el gimnasio. Por ahí andaban dos de los cuatro hijos de Scola, Tiago y Tomás, que hablaron con el ex número 5 de la selección. “Quiero ver tu mecánico de tiro”, le pidió a uno de ellos. Y el niño acertó un triple. “Muy bien, ¿eh?”, replicó Manu.

Que se quedó durante toda la práctica, mirando. Al final, se acercó y cambió palabras con Campazzo. El encuentro delegación-Ginóbili quedó registrado en imagen: se hizo una gran foto grupal de jugadores, cuerpo técnico y Manu, once días antes del estreno del seleccionado en Tokio 2020. “Me gusta venir a verlos, estar cerca...”, apuntó el zurdo, a casi años de su adiós a la camiseta celeste y blanca en aquel cuarto de final de Río de Janeiro, ante Estados Unidos.

“Fue muy linda la visita de Manu. Desde hacía mucho no lo veíamos y siempre le da energía al equipo, buena vibra, y eso es bueno antes de un torneo muy importante. Nos suma mucho como grupo. Todos le estamos muy agradecidos por lo que significa como deportista y como persona. Ha trascendido nuestro deporte, y siempre vuelve como uno más”, comentó Campazzo más tarde, en una videoconferencia con periodistas. “Hablamos de básquet, más que nada de cómo está cada uno. Le gusta hablar con los jugadores, conocer a los nuevos. Y también, claro, charlamos un poco de otras cosas de la vida”, agregó el base de Denver Nuggets, que dos veces compartió Juegos Olímpicos con Ginóbil: Londres 2012 (cuarta posición) y Río de Janeiro 2016.

La delegación partirá pronto hacia Japón, donde no habrá público en las competencias. La presencia de Ginóbili será imposible esta vez. Pero su estela de padrinazgo de la selección viajará medio planeta para acompañar a la Argentina en otro desafío magno.

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