El ruso Dmitry Bivol dio el batacazo ante el Canelo Álvarez

El silencio se apoderó de las 20000 personas que colmaron el T-Mobile Arena de Las Vegas. El tiempo pareció detenerse por un instante. La voz del excéntrico anunciador David Diamante pareció entrecortarse. Ni siquiera él, quien fue el primero en enterarse, con las tres tarjetas en sus manos, pudo disimular la sorpresa. Con total justicia, el ruso Dmitry Bivol le ganó por puntos, en fallo mayoritario, al mexicano Saúl Canelo Álvarez y retuvo por séptima vez el cetro mediopesado de la Asociación mundial del boxeo. Las tres tarjetas fueron 115-113 a favor del ruso.

Entre tanto descalabro y desprestigio comercial que suele aportar la industria boxística en post del show, el merecido triunfo de Dmitry Bivol ante Saúl Canelo Álvarez, la máxima figura del boxeo actual, es una justa reivindicación al tantas veces vapuleado boxeo. Ante una mesa examinadora de fanáticos y celebridades, compuesta en su gran mayoría por mexicanos y latinos, el ruso Bivol echó por tierra los análisis previos que le auguraban un pleito complicado y con total solvencia dio un batacazo que frenó las ambiciones conquistadoras del Canelo.

A diferencia de lo que vivió con Sergei Kovalev, en su primer antecedente en esta categoría, el Canelo Álvarez pasó muchos momentos de zozobra. Se lo notó concentrado para redoblar esfuerzos y luchar contra las incomodidades físicas que le planteó un mediopesado natural, con mayor envergadura física y mayor alcance de brazos. El mexicano sufrió como muy pocas veces en su carrera al verse más lento de pies y con menos movimiento de cintura tras haber subido por segunda vez a la categoría de las 175 libras.

El dominio Bivol fue progresivo y marcado. Estudio al mexicano durante los tres primeros rounds, trabajó con mucha continuidad del cuarto al sexto y aceleró con justeza entre séptimo y el décimo. Fue allí donde colocó la mayor cantidad de golpes de poder y pudo quebrar psicológica y físicamente al Canelo, que solo había experimentado colar certeros uppercuts y alguna buena ráfaga de cross de derecha en la tercera y cuarta vuelta.

El combate fue vibrante de principio a fin. Porque el ruso nunca rehusó al intercambio de golpes que le propuso por momentos el Canelo. Lucio muy rápido de brazos y piernas. Sobre todo, en los rounds cinco y seis, donde logró filtrar algunos directos de derecha que frenaron, la voracidad ofensiva del mexicano, que con potentes uppercut de mano derecha había dominado las primeras cuatro vueltas.

La falta de movilidad propició que Canelo se viera acorralado en las cuerdas en varias ocasiones y que sea presa de los puños de Bivol, quien se aprovechó de una actuación deslucida del mexicano para anotarse el triunfo más importante de su carrera y córtale una racha ganadora de nueve años, desde la ya lejana derrota ante Floyd Mayweather Jr. en 2013. Este resultado inesperado y sorpresivo pone un interrogante a su plan de arrasar en la categoría semipesado y alimenta las chances de que se complete la trilogía con el kazajo Gennady Golovkin, en el mes de septiembre.

En tanto Bivol, de 31 años, estiró su inmaculado récord a 20 victorias, 11 de ellas por la vía del nocaut y ahora apunta a una inmediata revancha con Canelo o a una unificación con su compatriota Artur Berterbiev, quien posee un récord de 16 peleas ganadas por la vía del nocaut y es campeón mundial mediopesado del Consejo Mundial de Boxeo y la Federación Internacional de Boxeo.

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