En off... side: Boca, al rojo vivo

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No hay paz en Boca y no solo tiene que ver con el desempeño en el actual torneo, donde pierde, gana y empata. Ocurre que cuando la mano viene cambiada, como en este verano olvidable, por las "derrotas clásicas" y las renuncias B, más esta despareja campaña en el arranque del Clausura, un resfrío en Boca da para internarlo en terapia intensiva.

Algunos "hinchas con cargo" han dado un paso atrás, hacen que el árbol (el campeonato) no les tape el bosque (el día a día).. Separan la paja del trigo y no pierden la memoria. Tienen entre ceja y ceja el "no descarto volver a trabajar algún día en Boca Juniors y lo haría con mucho placer con aquellos dirigentes que sumen y no con los que restan". Juan Carlos Crespi, vice y Horacio Palmieri, vocal, son quienes conviven con el plantel y los que más trato tienen con "los players", según el diccionario del Coco Basile. Ellos fueron los señalados, sin nombrarlos, por el Virrey en su carta de despedida. Bianchi sigue pensando que fueron quienes le pusieron palos en la rueda en su opaca gestión como manager. Crespi está, por primera vez, pensando en un discurso contestario a la famosa misiva del adiós, dejando de lado su impronta ante los micrófonos..

Jorge Ameal y Marcelo London, ultra bianchistas, buscan hoy en José Beraldi, vice y Rómulo Zemborain, secretario, una alianza para hacer la vida política hasta el 2011 lo más llevadera posible. Han tenido reuniones y coincidieron en que esto lo mejor para el club.Todos prenden velas para que la era Alves, a partir de la cuarta fecha sea positiva porque los triunfos alejarán, momentáneamente, el fantasma Bianchi en la vida boquense.

Pero de vez en cuando, el presidente de Boca habla por los medios y todos saben que cuando lo hace, alguna perlita queda en el tamiz. "Boca debe tener un manager", se despachó con Fernando Niembro, muy convencido, don Jorge Amor. No lo dijo cuando estaba por asumir Bianchi, lo dijo hace unos días atrás, cuando aún perduraba por los pasillos de Casa Amarilla, la fragancia del perfume francés usado por el Virrey "¿Para qué salió a decir eso?", se preguntaron todos ¿Por qué?, pregunto yo. "Quiere tener alguien al lado suyo, en el día a día, para tomar decisiones en lo futbolístico. Si él mismo, cuando asumió Bianchi, dijo que no sabía nada de fútbol. Más clarito, echale agua. Pero no es el momento para otra locura como esa de traer un manager", explicaba un habitué de los pasillos de la Bombonera. Ahí, está la respuesta. Rápidamente los nombres de Márcico, Batistuta, hasta Guillote Coppola, comenzaron a sonar como potenciales candidatos.

La lógica, si es que existe en el fútbol, dice que con Bianchi lejos, la convivencia de los directvos es posible. Si Alves no mete una buena campaña, a la medida de Boca, los nubarrones volverán y con ellos el pedido por la vuelta del manager, pero para sentarse en el banco, un lugar que tan bien le sienta. El Chueco sabe que no depende su continuidad de los humores dirigenciales, estará pendiente si la pelota pega en el palo y entra, o si se va afuera, para saber sobre su futuro. Crespi y Palmieri, seguirán al lado del plantel y el cuerpo técnico, haciendo fuerza más que nunca por un Boca que sea ganador. Si esto se da, ellos también habrán resultado triunfadores.

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