En off... side: los arbitrajes y la sospecha eterna
El Gordo Valarco te cuenta por qué los jueces están pasando por el momento más crítico; el Colegio y la AFA, bajo la lupa
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Tomemos un solo partido para entender el momento por el que están pasando los árbitros. Estudiantes – Olimpo, el viernes pasado en cancha de Quilmes. Si el equipo de Sabella, por juego y contundencia, hoy es el mejor equipo de la Argentina ¿por qué pareció, a través de la tele, que Luis Alvarez hizo todo lo posible para que el pincha tuviese un penal? A partir de la "botoneada" de Matías Beares, un lineman valiente, cuando le dice al juez, que a Juan Pablo Pereyra no le comete penal Juan Tejera, sino que es él quien soporta la infracción del jugador pincha, cada ataque de los platenses tenía olor a pena máxima. Hasta que a los 43´ del primer tiempo Gabriel Mercado no tuvo mejor idea que auto foulearse (acabo de inventar una figura), dentro del área de Olimpo. ¿Qué hizo Alvarez? Si, señor…cobró el penal que minutos antes su asistente número dos le había anulado. La Gata Fernández y su categoría, hicieron el resto. Más tarde, la maquinita albirroja hizo que las cosas estuviesen en su lugar. Beares, también lo había hecho.
En el entretiempo seguramente Diego Galván, quien tuvo un paso exitoso por la institución albirroja, debe haber observado su camiseta. Seguro que miró, una y otra vez, sus colores. Al ver el amarillo y negro, quizás entendió muchas cosas de las que estaban ocurriendo en Quilmes ¿Con qué necesidad?, si hoy entre Estudiantes y Olimpo hay una diferencia futbolística marcada.
El Colegio de Arbitros, presidido por Julio Grondona, está haciendo agua por todos lados. Francisco Lamolina, vicepresidente y brazo operativo de la institución, no sabe qué hacer para que los pitos sean, de una vez por todas, confiables y tengan buenos arbitrajes, que en definitiva es lo más importante. Miden con la misma vara a Héctor Baldassi, Saúl Laverni, Diego Abal y Néstor Pittana, que a los más jóvenes y con menos roce. Una desprolijidad, desde donde se lo mire. "Se puede parar a un árbitro por un encuentro mal pitado, pero no se lo puede hacer por un fallo puntual. Paramos a los grandes y dejamos todo en manos de los otros". ¿Quién lo dijo? No, señor…esta vez, usted no acertó. Lo dijo el propio don Julio, a quien le había gustado el arbitraje de Laverni en Boca – Lanús, salvo "la mancha" del penal cobrado a Clemente Rodriguez. Para la novena, Saúl entró en 5 bolilleros y quedó afuera en todos, pero estuvo a punto de ser parado por un mal fallo y no por un mal partido. El sorteo les jugó a favor.
Si entre ellos no se ponen de acuerdo, a la hora de evaluar los rendimientos, no es extraño que el resto mire al arbitraje de reojo. Seguramente jugando al ring raje, tocan timbre y se quedan parados.
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