A River le costó caro el efecto Libertadores y se quedó sin final del Mundial de Clubes

AL AIN, Emiratos Árabes Unidos.- River no pudo pasar la barrera de las semifinales del Mundial de Clubes , cayó en la definición por penales ante el sorprendente Al Ain FC después de un intenso 2 a 2 y deberá conformarse con disputar el sábado el partido por el tercer puesto.

Como pocas veces ocurre en el fútbol, absolutamente todo lo que se había imaginado en la previa que podía pasar en este partido sucedió desde que la pelota comenzó a rodar. Porque Al Ain salió con todo su ímpetu a faltarle el respeto al campeón de América, a jugarle de igual a igual, y en el primer córner que tuvo a favor, poco después del primer minuto, se encontró con el gol. ¿La fórmula? La misma que en los cuartos de final: superpoblar el área chica rival, centro de Hussein Elshahat desde la derecha y desvío de cabeza del sueco Berg, que terminó con la pelota en el fondo de la red luego de que picara y pasara por entre las piernas de Armani.

River reaccionó rapidísimo de esa trompada. Como debía hacer. Y además de apoyarse en la calidad de sus futbolistas, también aprovechó otra situación que se conocía desde el sábado: la ingenuidad defensiva del conjunto árabe. Y entonces Borré la empujó tras un remate rasante de Pratto, que tomó el rebote de una jugada en la que el arquero Khalib le había sacado una pelota fabulosa abajo, junto a su palo derecho. Y otra vez el delantero colombiano, que en los días previos a este juego había manifestado su ansiedad por volver a serle útil a su equipo luego de su obligada ausencia ante Boca en el Bernabéu por suspensión, volvió a anotar para establecer el 2 a 1, luego de un regalo de un defensor que ya estaba condenado a equivocarse desde el apellido (Fallez) y una habilitación perfecta del Pity Martínez.

Todo eso, en apenas 15 minutos. La intensidad fue frenética en ese cuarto de hora. Y como era de esperar, bajó. Entonces, a los 26 minutos apareció en escena el VAR. La misma herramienta que condenó a River hace un año en las semifinales de la Libertadores contra Lanús y que le permitió avanzar a la final de esta edición en la dramática noche de Porto Alegre frente a Gremio, llamó al árbitro italiano Gianluca Rocchi para que reviera una jugada en la que Exequiel Palacios tocó la pelota con la mano dentro del área. Ante la repetición de la jugada, que se pudo ver al mismo tiempo en la tribuna de prensa, pareció un claro penal. Pero no lo consideró así el juez. Y todo continuó igual.

River tendrá que buscar explicaciones deportivas en su actuación de hoy, sabiendo que esta desilusión, grande, no opacará la histórica consagración en Madrid ante Boca.

Al Ain no bajaba la intensidad, sostenida en el muy buen pie del brasileño Caio, la presencia física de Berg y la electricidad de El Shahat. Lo tuvo el sueco, a los 32', pero Armani se lo impidió con una buena atajada, y el egipcio marcó a los 47', en una jugada que, otra vez mediante la intervención del VAR, fue revisada y anulada por una clara posición adelantada de número 74.

Ni el entretiempo frenó ese ritmo, más allá del desorden defensivo de los locales, frente a un River que pareció sorprendido. Y el premio llegó a los 5': el japonés Shiotani habilitó a Caio por izquierda, el brasileño enganchó y, ante el cruce de Maidana, remató al palo izquierdo de Armani, que vio en primerísimo primer plano como el partido se ponía 2 a 2.

Consciente de que por momentos el equipo era superado en el mediocampo, Gallardo hizo ingresar a Enzo Pérez por Palacios. Y un poco antes, a Quinteros por Nacho Fernández.

Borré, otra vez Borré, tuvo el 3 a 2 en dos ocasiones. Pero en ambas el arquero ganó el duelo, primero en un mano a mano y más tarde frente a un cabezazo, en una reacción espectacular.

El partido se tornó dramático. Casco aprovechó el enésimo regalo defensivo del local, esta vez de parte de Ahmad, que le cometió un penal tonto. El Pity Martínez la acomodó con la tranquilidad que tuvo en Mendoza frente a Boca y respiró hondo como en Porto Alegre, ante Gremio, pero pateó con la misma fuerza que contra Huracán (en el primer partido oficial de River en el año). Y la pelota hizo temblar el travesaño.

En cada ataque del Al Ain, sobre todo cuando se dio cuenta de que por el costado izquierdo Montiel no atravesaba su mejor noche, la tribuna local de entusiasmaba. Porque además Pinola jugó muy limitado por una temprana amonestación, Maidana no mostró la firmeza habitual, y a Ponzio se lo notó algo lento. Por el contrario, en cada jugada ofensiva de River, quedaban expuestas todas las limitaciones defensivas del conjunto árabe, por momentos de una inconsciencia notable.

El paso de los minutos atentó contra el equipo millonario, que se fue apagando y vio con buenos ojos ir al alargue. Futbolísticamente era superior, pero el físico le pasó la factura de toda la adrenalina que vivió desde que se terminó la final de América en Madrid. Aunque no sea excusa.

El alargue transcurrió con más nervios que fútbol, y con el correr de los minutos ambos tuvieron más miedo a perder que coraje por ganar. Al Ain buscó más y como consecuencia de eso River tuvo espacios que nunca supo aprovechar. Sobre la hora, Ahmad tuvo de volea el 3 a 2. Pero Armani le ahogó el grito.

La lotería de los penales terminó premiando al equipo que más buscó la victoria. Y consagró como héroe a Khalid Eisa, que controló sobre su izquierda el anunciado remate de Enzo Pérez. El definitivo.

River tendrá que buscar explicaciones deportivas en su actuación de hoy, sabiendo que esta desilusión, grande, no opacará la histórica consagración en Madrid ante Boca. Y a pesar de la impotencia de viajar a Abu Dhabi a ser uno de los protagonistas del partido que nadie quiere jugar, el del tercer puesto, tiene muy claro que el camino es este. Que nada de lo acontecido en la noche de Al Ain puede modificar lo trazado hasta aquí, que tantas alegrías le viene dando.

Progresión de los penales (arrancó Al Ain)

Caio (1-0), Scocco (1-1), Shiotani (2-1), Quintero (2-2), Al Ahbabi (3-2), Pratto (3-3), Abdulrahman (4-3), Borré (4-4), Yaslem (5-4), Enzo Pérez (atajado, 5-4).

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