Guede: "Me voy conforme, hicimos un partido serio"

BAHÍA BLANCA.- De las miradas de costado y párpados semicerrados a algunos ademanes de conformidad. Todo está saliendo según lo esperado y eso facilita las cosas. Pablo Guede desembarcó en Boedo y la lupa se posó en sus propuestas. Se lo señaló como un osado y él no escapó de la responsabilidad. Arriesga y por ahora gana con este San Lorenzo diferente al que conducía Edgardo Bauza. Y el andar lo demuestra. Por la Supercopa Argentina goleó a Boca; en la primera fecha del Torneo Transición pareció dudar un poco con el 2-2 contra Patronato, pero se recuperó con la victoria por 2-1 sobre Sarmiento y anoche aquí, aún sin ofrecer su mejor versión, mantuvo firme la intención. Guede sabe cómo convencer.

Eléctrico y enérgico durante todo el partido, el DT de San Lorenzo se mostró muy conforme con lo que sucedió en un estadio complicada, el de Olimpo: "Es un partido importante. Queríamos ganar. La cancha estaba rápida. Abrimos el partido con una pelota parada, algo que siempre busco. El contrario no sabe lo que vamos a hacer. La cuestión es saber a dónde va la pelota y a dónde vamos nosotros". Y continuó: "Me voy conforme, hicimos un partido serio. El equipo siempre estuvo ordenado. Di indicaciones porque tengo que hacerlo; el equipo nunca perdió el orden".

Guede ensaya y en cada movimiento acierta. Entendió que Nicolás Blandi debía ser titular y el ex atacante de Boca marcó los dos tantos del triunfo. El entrenador dio al chileno Paulo Díaz la responsabilidad de ser uno de los marcadores centrales, y resultó como lo esperaba. Y con sus cambios encontró respuestas en Pablo Barrientos y en Leandro Romagnoli. La mirada de Guede está aguzada.

Por eso, cuando se lo consultó sobre su buena visión al apostar por Blandi, el ex conductor de Palestino, de Chile, respondió: "La verdad es que estoy muy contento con los delanteros que tenemos. Nicolás está bien, su rendimiento es fruto del trabajo. Es la competencia sana que debe tener el plantel".

Pablo Guede empieza a dejar claro por qué Matías Lammens y Marcelo Tinelli se jugaron tanto por él.