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Alegría ganaba 9-8. Iban 4m13s del 5° chukker y Ellerstina atacaba en busca de la igualdad. Salió el palazo de Nicolás Pieres hacia delante y su hermano Facundo, marcado por el canadiense Fred Mannix, iba a buscar la bocha, pero su yegua se le fue de manos y en cuestión de segundos, la angustia. El crack de la Z poco pudo hacer para amortiguar el golpe, fortísimo. Dio un medio giro en el piso y se quedó quieto. El primero que llegó fue su otro hermano, Gonzalito. Cuentan quienes estuvieron cerca que Facundo perdió el conocimiento durante unos 30 segundos, pero que su reacción fue buena. Quedaba saber, más tarde, si había sufrido alguna lesión ósea. En medio de la conmoción en la cancha 1 de Hurlingham, que duró al menos 10 minutos sin que se tuviesen demasiadas noticias sobre su estado, el N° 3 de Ellerstina fue trasladado a una clínica para su atención. Allí se comprobó que no había motivos para preocuparse: ni secuelas serias ni fracturas o fisuras. Eso sí, quedó internado en terapia intermedia en observación. Algunos allegados admitieron con alivio que recordaba con precisión la jugada y hasta qué yegua estaba jugando. El susto había pasado. Por unos instantes, Hurlingham se paralizó.
LA NACION