Acusan a Belarús de orquestar una ola de migrantes hacia Europa
La frontera con Polonia se ve invadida por refugiados, muchos de Medio Oriente; sería en represalia por las sanciones
LA NACION
PARÍS.– La tensión era extrema hoy en la frontera entre Polonia y Belarús, donde centenares de migrantes intentan cruzar ese límite oriental de la Unión Europea (UE). Estados Unidos, la OTAN y Bruselas exigen al gobierno de Minsk que deje de utilizar a esos candidatos al exilio como medida de represalia por las sanciones que pesan sobre ese régimen dictatorial.
La UE acusa al presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, de haber orquestado una ola de migrantes y refugiados provenientes sobre todo de Medio Oriente con el fin de entrar en territorio europeo como represalia por las sanciones impuestas por el bloque después de la brutal represión de su régimen contra la oposición. El presidente bielorruso, gran aliado de su homólogo ruso, Vladimir Putin, rechaza esos cargos. Sus servicios reconocen, sin embargo, que una gran cantidad de migrantes circulan en forma continua por la carretera que conduce a la frontera polaca.
En las últimas semanas, los mismos migrantes afirmaron a la prensa internacional que son los militares bielorrusos los que los acompañan hasta las inmediaciones de la línea divisoria, y les aseguran que podrán atravesarla sin problemas.
La situación fue empeorando en las últimas semanas. Para evitar el ingreso de ese flujo ininterrumpido de migrantes, Varsovia construyó un sólido alambrado, envió miles de soldados a la zona y decretó el estado de urgencia local, donde los periodistas tienen prohibido trabajar, aunque las imágenes de la dramática situación consiguieron dar la vuelta al mundo. “Un grupo de centenares de personas se dirigen hacia el paso fronterizo de Kuznica, donde numerosos grupos ya intentaron entrar” en nuestro territorio, declaró a la prensa el vocero del gobierno polaco, Piotr Muller.
Según Muller, se trata de una operación organizada “por gente ligada a los servicios de inteligencia bielorrusos”. Para la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) –de la cual Polonia es miembro–, “la utilización de migrantes por el régimen de Lukashenko como táctica híbrida es inaceptable”.
Hoy, decenas de videos que circularon por las redes sociales mostraban a centenares de personas con ropa de abrigo, mochilas y bolsos mientras deambulaban a lo largo de la frontera. Otras imágenes mostraban a otros grupos de gente indignada, que intentaba destruir con palos y tijeras de podar la barrera de alambradas que la separaban de territorio polaco.
En algunos sitios esos esfuerzos parecen haber dado resultado, pues otro video del Ministerio del Interior polaco muestra una brecha en una parte del cerco fronterizo. De un lado hay centenares de migrantes y del otro, un sinnúmero de soldados, guardias de frontera y policías en uniforme antimotines.
“En el puesto fronterizo de Kuznica, los servicios polacos impidieron entrar a los migrantes. La situación está bajo control”, indicó el ministerio en un tuit, mientras en Varsovia el primer ministro Mateusz Morawiecki instaló una célula de crisis para monitorear la situación en forma permanente.
Ante el riesgo de un enfrentamiento de imprevisibles consecuencias entre fuerzas del orden y los migrantes, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, llamó ayer a los Estados miembros a aprobar nuevas sanciones contra Belarús.
A la condena internacional de Minsk se sumó anoche la administración norteamericana. “Estados Unidos condena con firmeza la explotación política y la manipulación de personas vulnerables por parte del régimen de Lukashenko”, indicó el vocero del Departamento de Estado, Ned Price.
Refugiada en Lituania, la jefa de la oposición bielorrusa, Svetlana Tijanovskaia, acusó ayer en un tuit al presidente bielorruso de haber orquestado lo que calificó de “ataque híbrido” y llamó en su mensaje al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a reaccionar.
“Los migrantes son empujados a la frontera por hombres armados. Lukashenko es plenamente responsable del ataque híbrido contra Polonia, Lituania y la Unión Europea. El tráfico de migrantes, la violencia y los maltratos deben cesar. Es necesario dar una respuesta fuerte. El Consejo de Seguridad de la ONU debería tratar esta crisis”, declaró.
Según la prensa polaca, desde que comenzó a llegar la actual ola de migrantes en la frontera polaco-bielorrusa –en particular con gente que huye de un Afganistán controlado por los talibanes–, por lo menos diez personas hallaron la muerte en la región.
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