Cabito contó que le trasplantaron un riñón hace dos meses y le dio fuerzas a Silvina Luna: “Se puede”
El comediante habló sobre cómo esta operación cambió su vida, sus cuidados pos intervención y llevó un mensaje de esperanza para todos aquellos que estén pasando por lo mismo
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Hace un tiempo, Diego “Cabito” Massa Alcántara fue noticia por su gran transformación física. Debido a su sobrepeso, el comediante se colocó un bypass gástrico y bajó 140 kilos. En las últimas horas, el humorista volvió a ser tema tras contar que hace dos meses recibió un trasplante de riñón: “Me cambió la vida”, reveló.
En una entrevista con Juan Etchegoyen en Mitre Live, Cabito contó por primera vez los detalles de la operación a la que se sometió y le dio un mensaje esperanzador a todos aquellos que estén pasando por la misma situación. “Esto que te voy a contar nunca lo dije todavía, lo mantuve en secreto y fue de golpe. Estoy bien de salud, me trasplanté hace dos meses”, dijo Cabito a corazón abierto.
Inevitablemente, el nombre de Silvina Luna se hizo presente en la conversación y Alcántara advirtió que al enterarse de lo que la modelo estaba atravesando no dudó en escribirle. “Le escribí cuando ella estaba en diálisis. Yo estuve una semana en lista de espera, fue una locura, hay gente que espera años”, afirmó. Tras recordar que se encontraba de vacaciones en Punta del Este cuando le llegó su turno, el comediante contó que tuvo que tomarse un vuelo privado para llegar a tiempo, ya que estaba quinto en la lista: “Llegué a la clínica y pensé que no iban a llegar a trasplantarme porque estaba quinto y eran las doce de la noche, y me iba a ir y me dijeron que no me vaya, que me iban a trasplantar porque ya estaba primero en la lista”, señaló.
A la cirugía que duró tres horas, luego se sumaron algunas operaciones para drenar el líquido y una fisura, sin embargo, a la semana ya estaba caminando y después de ocho días recibió el alta. “Bajé mucho de peso, viene bien”, bromeó quién desde que se puso el bypass gástrico bajó 140 kilos. “No me dolió nada, me dolió más cuando me despegaban las gasas de los pelitos de la pierna”, volvió a bromear fiel a su estilo.
Su mensaje es esperanzador y derriba ese mito de que el donante nunca llega. “Mi hermana me ofreció darme su riñón y yo no quise porque era una gran responsabilidad, no sé si su hija o su sobrina lo puede llegar a necesitar. Esperé un cadavérico, es rara la sensación que tuvo que morir una persona para tener una mejor calidad de vida”, dijo al respecto.
Entre esos “cambios”, el publicista aseguró que volvió a tener la cara más redonda, “antes estaba chupado, tenía una anemia tremenda, tenía frío todo el tiempo”. “Ahora peso 82 kilos, y no lo había dicho esto, para mí es más fácil callarlo pero asumo la responsabilidad de exponer algo que fácilmente te puede avergonzar (...) con esto salvamos vidas”, concluyó intentando ayudar a otros con su relato.
“Se puede”
Ante la repercusión que generó la noticia, esta mañana Cabito pasó por el piso de Nosotros a la mañana. Tras repetir cómo fue su experiencia, el comediante contó cómo es vivir trasplantado: “Yo soy un cagón crónico y la verdad es que me dolió más cuando me sacaban la cinta adhesiva para hacerme las curaciones que la operación. Si bien no es una operación simple, te recuperas al toque”, repitió intentando llevar tranquilidad a quienes estén transitando por la misma situación.
Respecto a su decisión de escribirle a Silvina Luna, confesó: “No tengo una relación con ella pero la conozco y por un tema empático le escribí porque está atravesando algo que yo atravesé (...) Cuando me pasó a mí, hasta fantaseé con la idea de escribirle a Lanata. No lo hice nunca pero imagino que me hubiera contestado. Así que le escribí porque dije: ‘Por ahí le sirve’”. Respecto a cuál fue la reacción de la ex Gran Hermano reveló que no sólo le contestó sino que “estuvo muy curiosa en algunas cosas que me fue preguntando”.
Tras remarcar que a diferencia de ella, el tuve la suerte de hacerse muy poca diálisis, Cabito volvió a repetir que el donante llegó más rápido de lo que esperaba. “Me hice los estudios que son un montón para ver si estaba apto. Me fui con mi novia a Punta del Este y me llamaron que tenía que venir. Estaba quinto en la lista (...) Gracias a la ley Justina ahora todos somos donantes a menos que uno exprese lo contrario y se está trasplantando un montón. Están a pleno”, afirmó.
En cuanto a los motivos por los cuales dudó en contar su experiencia, explicó: “La verdad que no lo iba a contar porque a veces te avergüenza un poco el hecho y te pasan un montón de cosas por la cabeza. Lo mismo cuando bajé de peso y me hice el bypass gástrico, pero siento que esto le puede ayudar a mucha gente. Con que haya un gordo que se opere ya vale la pena. Lo mismo con diálisis, hay muchos que no quieren hacerlo por miedo. Así que con que uno se anime a trasplantarse ya está”.
Por último, Cabito habló de cómo son sus cuidados post trasplante: “Vida normal aunque hay cosas que no puedo comer. Hay una que me duele mucho: el queso azul. Justo una semana antes me compré media horma que sale el riñón que me pusieron más o menos”, bromeó. A esa prohibición también se suman los alimentos crudos como el sushi o el huevo. “Ni sushi ni tortilla babé, así que dolor en el alma, me cortaron las piernas. Nunca más pomelo por la medicación que me dan aunque eso no me afecta”, remató.
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