Reseña: La crisis de la narración, de Byung-Chul Han
Aunque el coreano-alemán Byung-Chul Han (Seúl, 1959) escribió títulos de densidad estrictamente filosófica sobre Hegel o Martin Heidegger, se volvió conocido por sus libros de pocas páginas. En ellos desarrolla conceptos como los de “sociedad del cansancio” o “psicopolítica”, que funcionan como una crítica radical del actual capitalismo tardío.
La crisis de la narración es un ejemplo cristalino de esas objeciones. La figura tutelar es Walter Benjamin –aparece nombrado en los diez ensayos del volumen–, a partir sobre todo de las reflexiones de su seminal “El narrador”, aplicadas en clave contemporánea. Han sostiene que hoy todo el mundo habla de narrativas, pero que el uso inflacionario de la palabra en realidad oculta la crisis por la que pasa la narración misma. En vez de storytelling –fórmula de moda– habría que hablar de storyselling.
"En la modernidad tardía, que es la vida digital, la crisis ya no es ‘vivir o narrar’ sino ‘vivir o postear’"
La comunidad narrativa genera cohesión social, como ejemplifica Han con un relato de Peter Nadas. También Peter Handke es convocado con sus libros más paseanderos (Ensayo sobre el jukebox) para explicar la porosidad de lo que se juega en toda narración. Ahora bien, si las narraciones crean comunidad, el storytelling apenas crea communities, que constan solo de consumidores de narrativas y emociones.
A eso se agrega, la ubicuidad de la información. Narración e información son, dice el filósofo, fuerzas contrarias. La narración busca subrayar la opacidad del mundo. Benjamin –y con él Han– se remiten a Heródoto, cuando cuenta la historia de aquel rey de Egipto, que capturado por su par persa, se aporrea la cabeza con los puños al descubrir en el desfile a uno de sus siervos. ¿Por qué lo hace? Nunca se sabe. La fuerza de la narración es lo que se omite.
La informatización de la sociedad, en cambio, acelera la pérdida del carácter narrativo, la convierte apenas en “historia”. El tsunami informativo permite narrativas efímeras, en un bosque sin orientación. En esa contingencia, el storytelling es el síntoma de un vacío.
En la modernidad tardía, que es la vida digital, la crisis ya no es “vivir o narrar” sino “vivir o postear”. Las selfies se explican menos por el narcisismo, que por ese vacío interior. El yo no encuentra ofertas de sentido que puedan dar una identidad estable. El resultado es el desencantamiento del mundo, la pérdida del aura.
Las ideas de Han son, podría decirse, la aplicación de esos conceptos de Benjamin a la actualidad, pero cobran peso cuando se refiere a la propia filosofía. La decadencia de la filosofía comenzó cuando buscó presentarse como ciencia. La gaya ciencia, de Nietszche, no se presenta en cambio como ciencia, está concebida como una narrativa de futuro. Es, dice el coreano, una narración como riesgo y fiesta, algo que también refleja su propio estilo de pensar.
La crisis de la narración
Por Byung-Chul Han
Herder. Trad.: Ferrán Fernández
108 págs./$ 7790