Atleta “Toro Poderoso”

La historia del maratonista que corría descalzo y que le demostró al mundo que el racismo no tenía sentido.

Abebe Bikila no solo fue el primer hombre africano que ganó una medalla de oro en una Olimpíada sino que además lo hizo corriendo descalzo y en un país que había invadido su tierra natal cuando él era solo un niño. Pese a competir en un entorno hostil que lo trataba con recelo por su color de piel y su nacionalidad etíope, Bikila demostró estar más allá de las dificultades y pudo resolverlo todo, por eso es un hombre “Toro Poderoso” de acuerdo con los
valores de la nueva Fiat Toro 2020.

1960

Juegos Olímpicos
de Roma

Serán siempre recordados por varias situaciones que quedaron grabadas para siempre en la historia del deporte mundial. La estadounidense Wilma Rudolph apodada “la gacela negra” fue la primera mujer en obtener tres medallas doradas en una misma competencia y un joven boxeador llamado Cassius Marcellus Clay ganaba el oro en boxeo sin saber que más tarde sería mundialmente conocido como Mohamed Ali. Entre todos los deportistas negros que saltaron a la fama en un ambiente solapadamente racista, un corredor de Etiopía dejó
al mundo con la boca abierta.

Abebe Bikila tenía 28 años cuando ganó
la medalla de oro

Sucedió en la maratón de esos juegos olímpicos de verano en Roma estableciendoun récord mundial. Completó los 42 k en 2 horas 15 minutos y 16 segundos pero lo más sorprendente fue que lo hizo corriendo descalzo.

La historia cuenta que, si bien Bikila acostumbraba correr descalzo en su Etiopía natal, no era su intención hacerlo en la Olimpíadas. Sucedió que la forma de sus pies no se adaptaban a las hormas de las zapatillas deportivas que se fabricaban en el momento.

Tenía en la planta de sus pies un callo muy grueso y su empeine era demasiado ancho para el diseño del calzado occidental. Bikila intentó calzarse todas las marcas disponibles en aquel entonces: Puma, Adidas, Tiger, Nike... pero ninguna le quedaba cómoda para correr los 42 kilómetros.

Optó por correr descalzo, ya que ninguna norma de la competencia se lo impedía, y ganó la carrera. Su nombre tapizó las primeras planas de todos los diarios del mundo y al llegar a su país fue condecorado por el mismísimo emperador
Haile Selassie.

Bikila se convirtió en un héroe nacional

Por haber sido el primer africano en ganar un oro en una olimpíada y por haberlo hecho descalzo, pero sobre todo por demostrarle a los espectadores italianos que los etíopes no eran inferiores y que el racismo no tenía que ver con apariencias, aptitudes o habilidades sino con ideologías obsoletas que describían mejor
a los discriminadores que a los discriminados.

Salvando las distancias en tiempo y espacio, la victoria de Bikila tuvo para el pueblo etíope un gusto similar al que saborearon los argentinos con el gol de Diego Maradona a los ingleses en la Copa del Mundo de México 1986.

La Italia de Benito Mussolini había invadido a sangre y fuego a Etiopía, con el apoyo de los nazis alemanes, en 1935, cuando Bikila solo tenía 5 años. El joven atleta se crió entre relatos de matanzas, persecuciones y bombardeos a la sociedad civil, incluso empleando gases venenosos, en violación a las normas internacionales de la guerra vigentes en aquella época.

En ese entonces, la ideología de las potencias nazi-fascistas del eje Alemania-Italia-Japón no consideraba a la población negra africana como del género humano sino que la reducían a una
condición animal.

En ese sentido, y aún cuando en 1960 habían pasado largos años de la colonización africana por parte de Europa y del fin de la segunda Guerra Mundial, el oro de Bikila en Roma no solo fue considerado como una victoria personal sino que fue abrazo como la reivindicación mundial del pueblo etíope y de su emperador, Haile Selassie, una de las principales influencias de la filosofía rastafari.

1964

Juegos Olímpicos de Tokio

Cuatro años después, a menos de dos meses de haber sido operado de apendicitis, Bikila volvió ganar la medalla de oro en una maratón.

Su estado físico algo debilitado y su poco entrenamiento no le impidieron marcar un nuevo récord de 2 horas y 12 minutos. Eso sí, a pesar de todas las dificultades que se le habían presentado en los meses previos a la competencia, había algo que tenía preparado. Bikila había encontrado unas zapatillas perfectamente cómodas y ya no volvería a
correr descalzo nunca más.

1969

Sus éxitos no estuvieron exentos de tragedias y sinsabores.

Cuando volvió de Tokio, le otorgaron honores militares y lo incluyeron como miembro de la Guardia Imperial de Haile Selassie. Años más tarde, en 1969 protagonizó un grave accidente que lo dejó cuadripléjico. Luego de casi un año internado y en rehabilitación, su cuadro evolucionó a paraplejia y, si bien sus piernas seguían paralizadas, ahora podía mover su cuerpo de la
cintura hacia arriba.

Los médicos decían que era un milagro pero para Abebe Bikila fue además fuerza y determinación para superar las dificultades. Así fue como comenzó a practicar tenis de mesa y arquería, destacándose en cometencias para personas con discapacidad.

1973

Luto Nacional

El héroe nacional murió el 25 de octubre de 1973 a causa de un ACV, cuando tenía solo 41 años. A su funeral, realizado con honores militares y con un día de luto nacional, asistieron casi cien mil personas. En honor a su historia y a las enseñanzas que dejó en el pueblo italiano, actualmente un puente y una calle de Roma llevan su nombre, de incluso una marca de zapatillas ideó el modelo Bikila para la disciplina
“barefoot running”.

En su país, el estadio nacional de Adis Abeba, antiguamente llamado Haile Selassie en honor al emperador etíope, pasó a nombrarse Abebe Bikila Stadium.

La historia de Bikila también puede inspirarte, subite al desafío más grande y conocé más sobre la Fiat Toro.

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