En Barrio Norte: Tras un patio andaluz, un depto con detalles de estilo intactos que se vive como una casa

Angie Bianchi halló esta unidad en el primer piso de una vivienda colectiva, a resguardo del ruido urbano.

Cuando Angie Bianchi, creadora de la marca de textiles y objetos para el hogar Philomena Home, les comentó a unos amigos que buscaba un lugar para mudarse con su pareja, la bailarina y coreógrafa Carola Diehl, le hablaron de un depto que estaba por quedar libre porque su dueña se iba al exterior. La primera sorpresa grata fue que quedaba justo enfrente de su casa. La segunda, que al entrar, quedó fascinada con el paisaje que encontró.

A la unidad, ubicada en el primer piso de una vivienda colectiva que lleva la firma del ingeniero Luis Vicente Migone, se accede después de atravesar un patio andaluz, un pulmón luminoso y verde donde se solo se escucha el sonido de los pájaros.

Corazón del hogar

Otra ventaja del departamento: fue totalmente remodelado por su dueña anterior que preservó detalles que tanto a Angie como a Carola les encantan, como techos altos, pisos de pino tea y aberturas originales. Así que, de a poco, se concentraron en una ambientación equilibrada con muebles nuevos, hallazgos del Mercado de Pulgas, obras de arte que van rotando, fotos propias y recuerdos de viajes.

“Por la luminosidad y las dimensiones que tiene, la cocina es el espacio que más usamos. Aquí comemos todos los días, yo trabajo o charlamos mientras preparamos algo”

“Pensamos un hogar que nos refleja: ordenado, pero también abierto a divertirnos, relajarnos y compartir con amigos”.

Hace siete años, Angie dejó su trabajo como maestra jardinera y se aventuró a emprender su propio negocio. Compró telas que ella misma tiñó y diseñó una primera línea de almohadones que fue muy bien recibida. Desde entonces, Philomena Home no para de crecer y diversificarse con un concepto claro: productos funcionales que sumen calidez a la vida cotidiana.

Como una casita

“Este departamento es como una casita: los ambientes son amplios, los techos altos dan aire y los ventanales compensan la ausencia de un balcón. Nunca sentimos que nos faltara espacio”.

Eligieron una mesa ratona grande (Casandra) porque el living es el lugar de encuentro y donde comen cuando reciben amigos.

En todos los ambientes, usaron géneros en tonos crudos, arena y beige para generar espacios ordenados. Las fundas de los sillones son lavables y los tonos de los almohadones van cambiando, sobre una eficaz base clara.

Entre el living y el dormitorio hay un cuarto en el que Carola prepara sus coreografías y que también funciona como vestidor.

“Para darle un toque de color al living, pintamos de gris la pared más despejada, que desde la entrada no se ve”.

Ambiente completo

Siguiendo el concepto de un consumo consciente, que conecte con lo necesario, las piezas que crea Angie son multifunción: las mantas también sirven como pie de cama, throw para sillones, mantel o lona playera. Los cubreedredones de invierno, sin relleno, son acolchados de verano y los repasadores pueden usarse como toallas de mano o viceversa. Todas las piezas son aptas para lavarropas y no necesitan plancha.

“Los textiles tienen un efecto transformador. Cuando terminás de colgar las cortinas o de ubicar los almohadones, recién ahí sentís que un ambiente está completo”.

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